jueves, 13 de agosto de 2009

LA FORMA MÍNIMA, primer capitulo (borrador)


Posgrado en Artes Visuales
Universidad Nacional Autónoma de MéxicoEscuela Nacional de Artes Plásticas
Facultad de Arquitectura
Instituto de Investigaciones Estéticas

La Forma Mínima
Análisis de las estructuras formalmente minimizadas en el minimalismo y el arte contemporáneo y su aplicación en la producción artística personal

Lic. Manuel de Jesús Velázquez Torres
Junio 2009
Universidad Veracruzana
Instituto de Artes Plásticas

Índice tentativo
Índice de imágenes
Introducción
Capítulo l: Antes y después del minimalismo
1.1. El minimalismo
1.1.1 Origen
1.1.2. Conceptos
1.1.3. Características principales
1.1.4. Los autores y las obras
1.2. Tendencias de máxima minimización en el arte contemporáneo
Capítulo ll: La forma mínima
2.1. Antecedentes la crisis de la Modernidad: la especificidad en la pintura
2.2. ¿Porqué la reducción estructural?
2.2.1. ¿Otra vez el minimalismo?
2.2.2. El concepto de forma mínima
2.2.3. ¿Es posible hablar de vacío de contenido?
2.2.4. El compromiso con la expresión
Capítulo lll: El proceso creativo en la producción pictórica personal
3.1. Tres teorías sobre el proceso creativo
3.2. La importancia del proceso en la producción artística
3.3. El proceso de máxima minimización en el proyecto la forma mínima
3.3.1. La literalidad y especificidad
3.3.2. La estructura primaria
3.3.3. Las técnicas, los materiales y los soportes
Conclusión
Bibliografía

Capítulo l
Antes y después del minimalismo

El presente capítulo se basa principalmente en reflexiones hechas a partir de la exposición Antes y después del minimalismo, un siglo de tendencias abstractas en la colección Daimler Chrysler (visitada por internet[1]), expuesta del 22 de mayo al 8 de septiembre del 2007, en el Museu d’Art Espanyol Contemporani de Palma, España, organizada en estrecha colaboración con la Fundación Juan March.
La muestra ofrece, por primera vez en España, una selección de las tendencias minimalistas de los años sesenta que pueden rastrearse tanto en el contexto de sus antecedentes históricos como en propuestas artísticas contemporáneas. La selección de obras expuestas tiene su origen en el concepto de la serie de exposiciones que bajo el título Minimalism and After se han venido presentando al público de manera sistemática desde el año 2000[2] en España. El concepto de esta exposición y el texto escrito para tal efecto, por la Dra. Renate Wiehager[3], Directora de la Colección DaimlerChrysler, ha llevado a perfilar de manera significativa el contenido del presente texto.
En su presentación, la Dra. Renate Wiehager[4] considera que los planteamientos formalmente “minimizados” y la abstracción geométrica característica de la obra minimalista deben buscarse también en el ancho caudal de las tendencias abstractas y constructivistas nacidas en Europa a principios del siglo XX, así como en los artistas que han trabajado o trabajan actualmente desde la gramática de la abstracción o en diferentes tendencias.
Desde la misma perspectiva, la propuesta fundamental de este capítulo es ubicar los conceptos del reduccionismo formal y de la abstracción geométrica al lado del minimalismo clásico como fenómenos artísticos interrelacionados. Además de relacionar las propuestas de máxima minimización europea y norteamericana de manera conjunta. La intención consiste en plantear los efectos históricos del reduccionismo estructural que comienzan con la Bauhaus[5] y el constructivismo[6] en los años treinta y que continúa con el minimalismo surgido en Estados Unidos en los sesentas hasta el arte contemporáneo internacional (incluyendo aquellas obras que corresponden a otros periodos, como el arte conceptual, pero que utilizan la reducción estructural como un método para la creación de sus obras).
Para los fines de esta investigación el minimalismo es más un “procedimiento” que una escuela cuyos límites cronológicos abarcan más de un siglo. A este “procedimiento” le llamaremos forma mínima o minimal común denominador e intentaremos plantearlo como una conducta asumida por muchos artistas antes y después del minimalismo norteamericano de los años sesenta[7].
De manera explícita, no nos limitaremos a analizar sólo a los artistas norteamericanos de la primera época del minimalismo que están ampliamente representados en diversas investigaciones. En vez de ello, centramos nuestra atención, por un lado, en los procedimientos del minimalismo, en el minimalismo “avant la lettre”, y, por otro, en su repercusión inmediatamente posterior.
¿Qué características básicas impulsaron los artistas minimalistas de 1960? ¿Dónde se presentan las contribuciones más esenciales del reduccionismo estructural? ¿Qué encuentros y paralelismos históricos se producen? ¿Cuál es su eco en el arte contemporáneo? ¿Cómo podemos formular la influencia del minimalismo en el arte contemporáneo internacional?
Nuestras reflexiones se inscriben en esta perspectiva ampliada que engloba escultura, instalación, pintura y objetos.

1.1. El minimalismo

El minimalismo histórico se relaciona con artistas[8] que a principios de los años sesenta trabajaban en EEUU buscando una redefinición de la obra de arte en su relación con el espacio y con el observador. El minimalismo es un estilo basado en la simplicidad de los elementos, en las estructuras y proporciones simples, las formas elementales y las yuxtaposiciones seriadas.
Los materiales empleados para producir su obra generalmente eran industriales y de factura mecánica y el artista apenas la trabajaba manualmente. Las formas de producción del arte minimalista se crearon en oposición al informalismo y los gestos pictóricos subjetivos de los años cincuenta. En esa época, sus propuestas abarcan lo “no relacional”, lo “antijerárquico” y la “anticomposición”.
Posteriormente, el minimalismo se extiende como fenómeno global comprendiendo distintas propuestas en paralelo, además de la pintura: la arquitectura, la escultura, la música, la danza y la literatura.
El término “arte minimalista” fue propuesto por el filósofo Richard Wollheim en 1965 para referirse al bajo contenido visual de las pinturas negras[9] (fig. 1) y las pinturas de campos de color[10] de Ad Reinhardt, las pinturas combinadas[11] de Rauschenberg y de los ready-made[12] de Duchamp (fig. 2). Las primeras obras de Reinhardt[13] evitaron la representación y mostraron un alejamiento de los objetos y las referencias externas.
Su trabajo evolucionó desde composiciones con formas geométricas, a trabajos en distintas tonalidades del mismo color (todo rojo, todo azul, todo blanco).
El filósofo del arte Richard Wollheim, en su ensayo “Minimal Art”, trató de caracterizar con este término al mínimo contenido visual o forma mínima de algunas propuestas del arte norteamericano del siglo XX. De esa manera se acuñaron otras expresiones que intentaron definir el mismo fenómeno: ABC Art, Primary Structures, Rejective Art, Cool Art o Reductive Art.
Cinco artistas: Carl Andre (fig. 3), Sol LeWitt (fig. 4), Dan Flavin (fig. 5), Donald Judd (fig. 6), Robert Morris; proponen las primeras esculturas y objetos murales geométricos seriados, intentando resaltar sus dimensiones puras y su concreta materialidad. A esos artistas se refiere en principio el término histórico de “arte minimalista”, que en Europa se introdujo en 1968 con la muestra homónima en el Gemeente museum de La Haya.
Posteriormente, el término minimalista acabó por referirse casi exclusivamente a los objetos tridimensionales desarrollados por escultores reduccionistas norteamericanos, cuyo progreso eclipsó a las manifestaciones pictóricas. La pintura pasó durante un tiempo a segundo plano, puesto que, el cuadro que durante siglos había sido el objeto y el enfoque principal de la concepción artística, parecía haberse desacreditado.
La pintura minimalista[14] fue una radicalización del programa reductor comenzado por algunos de los pintores de la abstracción postpictórica principios de los sesenta. Así, las obras producidas a finales de los sesenta por Olitski (superficies enfáticas) y Kelly (paneles de color) están dentro de la tendencia minimalista; pero ya en la segunda mitad de los años sesenta emerge un nuevo concepto de minimalismo, abarcando una gama más amplia de medios artísticos; posteriormente, en los años ochenta, se produjo una renovación de la pintura minimalista con las tendencias Neo-geo y post-minimal.

1.1.1 ORIGEN

El minimalismo tiene sus orígenes en obras de Constantin Brancusi (Fig. 7), Alexandre Rodchenko y Vladímir Tatlin (fig. 8) en las que ya aparecía la idea de reducción estructural y máxima minimización. Para otros autores las más tempranas fuentes del minimalismo se encuentran en las obras suprematistas de Kasimir Malevich y Piet Mondrian.
En 1965, el teórico y artista Donald Judd publicó un artículo en la revista Specific Objects en el que exponía las razones por las que abandonaba la pintura en favor de la escultura como soporte para expresar sus ideas de absoluta objetividad. Ese mismo año, Richard Wollheim emplea por vez primera, el término ‘minimal’ para referirse a obras reduccionistas.
El artista minimal sitúa sus referentes creativos en el propio objeto artístico alejándose de esta manera de toda interferencia con el mundo exterior.
A principios de la década de 1960 surgió una generación de artistas radicales que adoptaron el manejo de objetos tridimensionales como medio para exponer sus ideas; entre sus principales exponentes estaban el propio Donald Judd, Carl Andre, Robert Ryman (fig. 9), Dan Flavin, Stephen Antonakos (fig. 10), Sol LeWitt, Ad Reinhardt, Josef Albers, Barnett Newman, Ellsworth Kelly, Frank Stella, Jules Olitski, Kenneth Nolan, Jack Youngerman, Robert Morris (fig. 11), Tony Smith, Larry Bell, John McKracken, Agnes Martin, Brice Marden, Larry Poons, Ald Held, Morris Louis, Mark Rothko, Mathias Goeritz y Richard Serra (fig. 12). Crearon una serie de obras, que definían como estructuras o sistemas, en las que el predominio de las formas geométricas elementales y de los materiales más rudimentarios era absoluto.
El minimalismo en EE.UU. surge como una reacción contra el subjetivismo y emocionalismo del expresionismo abstracto con su énfasis en la improvisación y la espontaneidad, proponiendo en su lugar un arte totalmente preconcebido, de ejecución anónima y de gran claridad, rigor conceptual y simplicidad.
En 1951 se presentó una exposición en el Museum of Modern Art de Nueva York en el que se exhibieron obras de los artistas que conformaban el movimiento definido con el nombre de expresionismo abstracto. La muestra fue todo un éxito, paradójicamente, todo un fracaso para los artistas quienes pretendían con sus trabajos una crítica profunda a las bases de esa sociedad que ahora los aplaudía.
Transcurrieron los años 50 y nada cambió en la sociedad moderna, por el contrario, el avance de la cultura de masas fue cada vez mayor, la sociedad del consumo, la producción en serie, la tecnología y la moda dieron lugar a movimientos artísticos como el Pop-Art, "efímero, popular, barato, producido en serie, joven, ingenioso", según palabras del británico Richard Hamilton, artista perteneciente al movimiento.
Durante la década de los sesenta un grupo de artistas levanta un nuevo frente a las tendencias predominantes, encabezadas por el Pop-Art, en pleno auge, y propone una corriente estética en la que predominarían colores puros y formas geométricas simples.
En el campo de la escultura apoyaron estas ideas obras de Mathias Goeritz (fig. 13), Robert Morris, Larry Bell (fig. 14), Morris Louis (fig. 15), Roni Horn (fig. 16) Carl Andre, Dan Flavin, Sol LeWitt y Richard Serra, quienes diseñaron una serie de estructuras en las que predominaron de manera categórica formas geométricas.
El minimalismo rechaza las premisas del expresionismo abstracto, el subjetivismo, la carga emotiva, la improvisación y la espontaneidad, son sustituidas por un arte preconcebido, conceptual, simple, de ejecución anónima. El Pop-Art, es criticado por su colorismo, la exagerada importancia brindada a los medios de comunicación y el fenómeno de lo comercial.
Los minimalistas reducen a la "mínima" expresión los elementos de su arte. En el caso de la pintura, es conocida como “pintura del silencio” ya que las obras se apartan del "ruido" de la sociedad de consumo, se oponen al “bullicio” del Por-Art.
Así, a mediados de los años ochenta, a partir de la exposición Peinture abstraite[15] celebrada en 1984 en Ginebra, los artistas vuelven a establecer relación con el arte concreto[16] y la abstracción geométrica. Se trata de una relación con frecuencia influida por una mirada subversiva e irónica. Esta exposición fue el principio de un movimiento se denomino “Neo Geo” o “Nueva geometría”.
Los Zürcher Konkrete (los Concretos de Zúrich), fueron un grupo suizo de artistas fundado en 1937 por Max Bill (fig. 17), antiguo alumno de la Bauhaus. El Arte concreto, una tendencia geométrico-abstracta internacional, es un arte puramente racional, autorreferencial, sin lirismo ni relación a la naturaleza, que sigue un plan formulado antes de su ejecución y se configura a partir de elementos básicos: formas geométricas simples, línea y color.
Uno de los artistas de este movimiento fue Armleder[17](fig. 18), quien se relaciona en sus comienzos con el movimiento Fluxus[18]de Ginebra, sus obras se contraponen al arte expresivo, para la Dra. Wiehager: formulan desaires a las mudas existenciales de los accionistas de Viena, al culto a los “Neue Wilde” de Alemania, sobre la “Transvanguardia” en Italia o sobre la “Bad Painting” en Estados Unidos.

1.1.2. CONCEPTOS

La obra minimalista insiste en manifestarse mediante formas puras, poco expresivas, carentes de gestualidad y de tema tratando de lograr la factura impersonal, como reacción contra la preeminencia del expresionismo abstracto (fig. 19).
Para conseguir la reducción formal deseada el objeto minimalista, de un estilo purista y estricto, se despoja de todo adorno decorativo y se remite a las relaciones del espacio circundante que se resaltan ya sea por el efecto específico de la luz sobre el material, como por la expansión del volumen.
Las obras del minimal art se relacionan con diversas experimentaciones escultóricas y pictóricas en las que se da una fuerte base geométrica, el uso de colores industriales planos y las formas elementales.
La primera ambición de las obras minimalistas fue la de combatir la parte de ilusionismo que se daba en la escultura tradicional; se eliminó cualquier posible interpretación ulterior a favor de la sola percepción inmediata de la obra, imperando el orden, la simpleza y la claridad.
Otras características de estas obras son la gran escala, la concepción de la obra en función del propio espacio interior donde tenía que exponerse, la relación espacial objeto-sujeto, el uso preferente de formas reductibles y primarias consideradas como un todo, el sistema modular que imprime rigidez y uniformidad a la composición y, así mismo, la participación de una metodología serial, que permite que los elementos se dispongan unos cerca de otros dando lugar a una continuidad y sucesión de los mismos (fig. 20).
Son estas características las que confieren a las obras una poética rígida, fría, de una gran claridad estructural a la que se une la del color pretendiendo que el espectador dedique más tiempo a reflexionar sobre la obra que a contemplarla. Debido a que esos objetos no presentan virtualmente ningún incidente y en apariencia tampoco complejidad los espectadores los encontraron inertes, estériles y aburridos.
Cuando se estudia un objeto con tan poca atracción visual como un cubo de acero, el interés estético tiende a virar de las relaciones internas a las externas; por ejemplo, la relación entre nuestro concepto ideal y mental de “cubo” y la forma y la iluminación constantemente alteradas del cubo mientras lo contemplamos y nos movemos a su alrededor (fig. 21).
Otro aspecto a tener en cuenta es la relación entre el objeto artístico y el espacio negativo de su ubicación arquitectónica.
Gradualmente, los minimalistas fueron creando una escultura que se ajustase a galerías determinadas, en consecuencia la instalación total se transformó en el foco fundamental de atención en vez de los elementos individuales que la componían. Como resultado las exposiciones de arte se hicieron intransferibles y dependieron de la capacidad del artista para repetirlas.
La mayoría de las obras minimalistas eran fabricadas por compañías industriales que trabajaban siguiendo las instrucciones del artista haciendo evidente la “despersonalización” y carencia de cualquier gesto o huella particular; por esta razón, y en este contexto se prefiere el término “objeto de arte” que “obra de arte” (fig. 22).
Para los minimalistas el rol de las instrucciones era el equivalente a la partitura en música. En apariencia los “objetos” del minimal art se parecen mucho al mueble modular, a los aparatos caseros y a las formas austeras de la arquitectura “funcional” (fig. 23).
Al ejemplificar “lo Standard”, la repetición y la repetitividad, reflejan fielmente el carácter de la sociedad industrial de occidente. Igualmente la popularidad de los procesos sistemáticos y de los pedidos en serie del arte norteamericano de la década de los sesenta evoca la lógica de las ciencias aplicadas y la administración de empresas.
La estética del minimalismo es una “estética de la limpieza” que ejemplifica los valores de aseo y seguridad de la clase media.
Durante la segunda parte de los sesenta la hegemonía de esta estética comenzó a declinar ya que los artistas comenzaron a escapar del reduccionismo que rápidamente produjo telas en blanco y objetos mudos (fig. 24 y 25).

1.1.3. CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES

Las principales características del minimalismo son: máxima inmediatez subrayando la importancia del todo sobre las partes, superficies inmaculadas, colores puros, formas simples y geométricas realizadas con precisión mecánica, y la utilización de materiales industriales de la manera más neutral posible de modo que no se alteren sus calidades visuales.
A partir de esto se pueden determinar las características generales:
· Ausencia de contenido formal (estructuras no relacionales).
· Abstracción total: las obras operan sólo en términos de color, superficie y formato.
· Carácter "opaco" (negación de calquier efecto ilusionístico) y literal (conforme a su verdadera naturaleza, la pintura es sólo "pigmento específico" sobre una "superficie específica").
· Máxima sencillez.
· Utilización directa de los materiales que son mínimamente manipulados.
· Empleo de distintos materiales a fin de explotar la interación de sus características físicas.
· Creación de contrastes como brillante-mate, suave-áspero, opaco-transparente, y grueso-fino.
· Comúnmente, telas de gran formato sin marco y predominio de formatos y colores neutros.
· En escultura: formas semejantes a cubos, pirámides o esferas, organizadas en ángulos rectos, generalmente en series.
· En pintura: superficies enfáticas monocromáticas, generalmente pintura blanca sobre fondo blanco (Ryman) o de otros colores (Olitski) apenas modificadas con líneas y puntos casi imperceptibles (Martin), por marcas cerca del borde (Olitski) o por pincelazos (Ryman).
· Pintura empastada con efectos de jaspeado (Olitsky) o a base de gruesas pinceladas paralelas (Ryman), a fin de acentuar el carácter literal.

1.1.4. LOS AUTORES Y LAS OBRAS

Carl Andre
Carl Andre elaboró las bases de su carrera artística partiendo de esculturas de madera, concebidas para exponerlas en el suelo. Le interesaba la escultura como “Lugar” (fig. 26).
Esta concepción de “Escultura como lugar” puede parecer extremadamente moderna, pero muestra al mismo tiempo características ancestrales. En muchas de las esculturas para exteriores de Andre se pueden reconocer reminiscencias de la sencillez elemental de los monumentos del paleolítico (fig. 27).
Cuando empezó a exponer hacia mediados de la década de los sesenta no se entendió fácilmente su obra; la mayoría de los visitantes de la primera muestra del artista, ni siquiera se atrevieron a entrar en la galería: todo el suelo estaba cubierto de losas de cemento excepto en algunas áreas que dejaban entrever el piso de madera; el espectador tendría que caminar sobre las losas para entrar en la galería, pero para el público de 1967 eso era demasiado pedir (fig. 28).

Larry Bell
Larry Bell en 1962 había desarrollado un método único para el revestimiento de vidrio al vacío que permitía en la producción de superficies de cristal transparente altamente reflectantes (fig. 29).
La obra de Bell mostraba una preferencia por las formas cúbicas combinaba la complejidad visual del Op Art con la rigidez formal de la escultura Minimalista. Bell prefería la recepción de varias impresiones simultáneas en un mismo objeto y demostraba tener una noción más lúdica de la pieza minimalista.
Las obras de Bell estaban claramente relacionadas con el espacio en el que se instalaban o para el que se concebían, es decir definían su propia materialidad en el. Así interactuaban tanto con el entorno como con el observador, a veces multiplicando la imagen de ambos, otras veces plegando a uno dentro del otro.
Las esculturas de este artista cambian constantemente por causa de factores ajenos como la arquitectura o la naturaleza, que se reflejan en ellas con diferentes tamaños y colores, dependiendo del lugar en que se encuentran (fig. 30).

Ronald Bladen
El hecho de ser mayor en edad que la mayoría de los escultores asociados con el minimalismo y provenir de un ambiente social culto lo convirtieron en una figura con autoridad para muchos de ellos, así como para los artistas a los que impartió clases en la Parson School of the Sign.
En los años cuarenta estuvo implicado en varios movimientos políticos y literarios de ideología anarquista que culminaron en la Beat Generation.
Bladen había sido durante la mitad de su vida un pintor aclamado; por eso, sus críticas sobre pintura eran valoradas y respetadas tanto como sus opiniones sobre escultura.
La personalidad de Bladen acabo reflejándose en sus esculturas, que ponían claramente en relieve sus convicciones (fig. 31 y 32).

Dan Flavin
Comenzó su carrera como artista a finales de la década de 1950 con cuadros no figurativos, a principios de los sesenta experimenta con la luz eléctrica, especialmente con tubos fluorescentes aprovechando las limitaciones del medio para extender el concepto de luz, su funcionamiento y la forma en que se percibe. Así, siguiendo esos simples principios, cambia la configuración del espacio que ocupa la obra en una forma extremadamente compleja.
Cuando delineaba una propuesta para un lugar específico solía usar combinaciones de tubos dispuestos en series simples que se apoderaban del espacio de la exposición.
En sus instalaciones lumínicas, las esquinas perdían su función, el resplandor de las luces alteraba la percepción del espacio de la habitación, recubriendo todo con un manto luminoso y pulsante. Así los espectadores experimentaban una metamorfosis en el tono de su piel y se sentían inmersos en una silenciosa calma (fig. 33 y 34).

Donald Judd
Recibió una sólida formación académica durante las décadas de 1950 y 1960 obteniendo licenciaturas en arte, historia y filosofía, lo que llevo a convertirlo en el líder teórico del minimalismo: su ensayo “Specific objets”, publicado en 1965, fue considerado por muchos historiadores del arte como el primer manifiesto del minimalismo.
La meticulosa instalación de sus trabajos fue siempre de gran importancia para Judd, quien se solía quejar de la naturaleza temporal e improvisada de las exposiciones de las galerías (fig. 35).
En 1964 comenzó a utilizar el plexiglas lo que complico muchísimo la percepción de sus piezas. A partir de ese momento surgió también el juego entre volúmenes, masas abiertas y cerradas, entre reflejos transparencias (fig. 36).
En esos años, la relativamente limitada ofertas de tipos de pintura industrial obligaba a Judd y a otros artistas a restringir en gran medida el colorido de sus obras, lo que sin embargo constituía otras de las características del arte minimalista: la eliminación del “Toque del artista”.
Era el mundo industrial el que elegía los colores, no el mundo del arte.

Sol LeWitt
Su obra de los años sesenta debe ser considerada como excepcional ya que sirvió de puente entre la abstracción formal y el conceptualismo.
Entre 1964 y 1967, la trayectoria artística de Lewitt se vio sometida a cambios drásticos. Después de haber abandonado la pintura en 1963, comenzó a construir objetos sueltos en su mayor parte de madera terciada: estructuras reducidas a la mínima expresión que colgaban de la pared o se exponían directamente en el suelo.
En 1965 desarrolló su primer modular basado en la forma del cubo. A partir de ese momento decidió pintar todas sus obras de blanco, la mayoría construidas industrialmente con materiales como el acero o el aluminio.
Un año más tarde, comenzaba el primero de sus proyectos en serie y abandonaba así el discurso de minimalista, basado en objetos. Con ello se convertía en uno de los primeros artistas conceptuales de Nueva York.

Robert Mangold
Algunos de sus últimos dibujos y pinturas recuerdan lejanamente a los cuadros abstractos de Frank Stella, con sus piezas centrales cortadas y troqueladas, aunque los cuadros de Mangold resultan más bien intuitivos, resultado de una investigación personal.
Como seña de identidades puede señalar el trabajo con lienzos cuyas formas geométricas aparecen a veces distorsionadas, Rectángulos, cuadrados y círculos. Se suelen mostrar imperceptibles, desfigurados o recortados; así se pone de manifiesto una fragmentación de la mirada que tiene su punto de partida en la experiencia del artista frente al paisaje urbano. Como contraposición el artista asociaba los esbozos de curvas sinuosas con las vivencias en plena naturaleza.
Ante la cuestión del carácter de objeto de sus obras, Mangold respondió: “Tiendo más bien a considerar la pintura como una combinación de superficie y forma más que como un objeto.”
Mangold presentaba todos los elementos del cuadro en un hipotético nivel plano pero conseguía sin embargo la impresión de profundidad espacial. Esto muestra que incluso en el caso de una disposición clara y objetiva de todos los elementos no se pueden evitar un resto de ilusionismo en la pintura. Así el artista juega con elementos como la forma, el color, la línea y la superficie que desde el punto de vista del observador se transforma continuamente. Las formas en apariencia geométrico-esquemáticas se unen en cuadros de Mangold, formando campos ópticos fluidos y continuamente cambiantes

Robert Morris
En 1960 se muda de San Francisco a Nueva York comenzando a construir sus primeras esculturas reducidas. Al mismo tiempo se matriculó en historia del arte en el Hunter College; a finales de ese año publicó “Notes on sculpture” en ArtForum, el artículo con el que se convirtió en el teórico del arte minimalista por excelencia. Fue el primer artista minimalista en desarrollar una teoría concisa sobre la recepción de su trabajo. A diferencia de la mayoría de sus colegas de movimiento no se limitó a seguir una única dirección, sino que exploró diferentes posibilidades, y trabajo simultáneamente con diversos medios. Debido a sus orígenes como actor y bailarín muchos de sus trabajos tratan de una forma u otra el proceso de hacer y percibir.
En 1964 ningún otro artista de Nueva York hacía obras de una simplicidad tan aplastante como las piezas en madera terciada de Morris. Su objetivo manifiesto fue eliminar todas las relaciones internas innecesarias de la escultura y trasladar el centro de atención al espacio y a los espectadores.
Al contemplar sus obras, el propio acto de percepción se vuelve reflexivo. Tan simples como posibles, las estructuras de Morris cambian su apariencia dependiendo de la perspectiva del público y su situación en el espacio de la galería (fig. 41, 42 y 43).

Robert Ryman
Su obra pretendía sobre todo dejar algo claro: no hay “Pinturas blancas”. Si el espectador ve simples lienzos en blanco es que no ha entendido su trabajo. Otros elementos de la composición eran para él la elección del material (telas, PVC, papel) la decisión de tomar un soporte u otro, la mayor o menor distancia de la pared o la paleta reducida. El artista adopto el formato cuadrado como forma preferida para sus obras porque no estaba especialmente interesado en enfatizar una dirección vertical u horizontal.
La figura neutral del cuadrado le servía perfectamente en sus investigaciones sobre la naturaleza de la pintura. Ryman rechazó el ilusionismo tradicional del género, el artista prefería presentar el cuadro u objeto en su propia y simple presencia, desposeído de todo valor representativo o ilusionista. Sus cuadros son evidencias visuales de variaciones de un tema y su color blanco nunca es el mismo: a veces se trata de un tono sólido y mate, a veces se alteran las capas opacas y transparentes; en ocasiones cubre un delgado velo de PVC con gruesas pinceladas, otras un lienzo de lino sin tensar.
Si observamos sus pinturas colgadas de la pared, parecen similares, sino idénticas, pero cuando nos acercamos comienza a apreciarse la diferencia (fig. 44 y 45).

Richard Serra
Después de haber estudiado en la universidad de California, se graduó en 1961 en literatura inglesa. Para ganarse la vida comenzó a trabajar en una empresa siderúrgica de la costa oeste. Después de hacer un master en Yale en 1964, se fue a Europa y en 1966 se muda a Nueva York, donde continúa viviendo y trabajando hasta hoy en día.Muchas de sus obras provienen de la acción directa del artista al seleccionar material y explorar posibilidades como la transformación, deformación, pérdida de integridad o el equilibrio físico. Sus esculturas suelen estar hechas de materiales corrientes. Su obra muestra desprecio por el preciosismo o peor aún, por los acabados perfectos.
Existe también el elemento de peligro potencial de que la obra pudiera llegar a derrumbarse. Esa precariedad se convirtió progresivamente en una seña de identidad de la obra de Serra.
En su obra más reciente, hecha de acero especialmente tratado para resistir la intemperie, ha cambiado las propiedades de la escultura que inicialmente la inspiraban para crear obras que muestran increíbles logros de concepción y fabricación. En estos trabajos lleva su propia estética al límite, ejecutándolos con mayor claridad y habilidad posibles.

Jo Baer
Como muchos otros artistas de su generación, tenía una sólida formación académica era licenciada en biología y graduada en psicología fisiológica.
Su pintura revela un profundo conocimiento de la percepción fisiológica como su fascinación por los mecanismos del fenómeno óptico casi todas las pinturas de la artista comparten un tema recurrente: una banda de tono negro que marca el perímetro físico del lienzo (fig. 49), con un estrecho borde interior de un color generalmente mas claro. La obra de Baer puede considerarse una abstracción de la retina provocada por los contornos de delicados tonos rojos, verdes o azules que actúan como obturadores o aberturas. En estos cuadros que usan la luz de una manera no ilusionista, Baer investiga la materia física de la pintura sobre el lienzo, sin enfatizar ninguno de los componentes del proceso sobre los demás.
Ningún elemento-superficie, línea-color; tiene una preeminencia especial sobre los otros, pero cada uno de ellos comparte la visibilidad objetiva del cuadro (fig. 50 y 51).
La pintura de Baer y en general la pintura abstracta reduccionistas de ese tiempo estaban envueltas en varias discusiones sobre la supremacía de una forma de arte sobre las demás.
Los fundamentalistas del minimalismo cuestionaban la relevancia de la pintura cuando atacaba las nuevas normas del arte impuestas por los escultores minimalistas. Baer respondía a ese discurso con cuadros que tenían que entenderse como hechos percibidos por la retina y presentarse ante el espectador para su terminación visual. Desde la perspectiva de la artista, si había algo pasado de moda, estaba en la mente, no en el ojo del público (fig. 52).

Tony Smith
Siempre insistió en que su arte no era producto de un cálculo consciente sino que estaba inspirado en los enigmas y tumultos del inconciente. Él afirmaba que su obra estaba cercana a los sueños.
Su obra de principio de 1960 significó un importante punto de unión entre el expresionismo abstracto y la nueva actitud y significado del minimalismo.
Smith creaba esculturas que interactuaban de manera más efectiva con los edificios modernos y las galerías. Renunciando al pedestal de una vez por todas; Smith y los minimalistas ya no necesitaban más que el suelo.Smith, experimentado arquitecto de la Bauhaus, estaba muy interesado por las formas arquitectónicas, la geometría, y sus relaciones con la naturaleza (fig. 53 y 54).

Robert Smithson
Fue el más prolífico artista plástico y escritor de su tiempo. Teorizó de forma extensa sobre el trabajo de sus contemporáneos, así como sobre su propia concepción del arte. Las primeras esculturas abstractas estaban basadas en formas cristalinas y remotamente relacionadas con los objetos no referenciales de los minimalistas (fig. 55).
En 1966 había anunciado la destrucción del objeto minimalista en su ensayo “Entropy and the new monuments”; desarrollando posteriormente, una estrategia artística que combinaba distintos medios y formas de presentación, considerada por algunos entendidos como el principio de la
práctica artística posmoderna (fig. 56).

Anne Truitt
Después de licenciarse en psicología y radicada en Boston, empezó a tomar clases nocturnas de escultura y a escribir poesía. A lo largo de las décadas del cuarenta y del cincuenta, trabajó en distintos medios y estilos, centrándose sobre todo en el dibujo.
La artista no desarrolló su obra escultórica hasta 1961 cuando abrió un taller en Washington (fig. 57).
Resulta distintiva la racionalidad de su escultura, intentando reflejar de forma abstracta los estados de la mente y la memoria, los de ella y los del público.


1.2. TENDENCIAS DE MÁXIMA MINIMIZACIÓN EN EL ARTE CONTEMPORÁNEO

Entre el minimalismo histórico y las tendencias contemporáneas puede hablarse de un cambio paradigmático: el enfoque del minimalismo en el material, la forma y la estructura ha cedido paso al contenido, el proceso y la percepción, en el arte contemporáneo.
Un impulso fundamental del arte minimalista histórico consistía en reemplazar los materiales “ideológicamente contaminados” de las tradiciones artísticas (el pedestal, la fundición de bronce, el lienzo y el marco) por materiales producidos industrialmente. El visitante de las primeras exposiciones minimalistas se confrontaba con el latón, el plexiglás, la chapa y el aluminio (Judd), el acero oxidado (Serra), los prismas de madera en bruto y las planchas de hierro (Andre), el contrachapado y las láminas de PVC (Eckhard Schene, fig. 59), el acero y la pintura de automóvil (Posenenske, fig. 60), el papel de embalaje y los materiales de algodón (F.E. Walther, fig. 61)). Ligados a los mismos se hallaban: la formalización y reducción rigurosa, las estructuras primarias, el geometrismo, el juego alternante de formas en positivo y en negativo, y la fusión con el espacio.
Las evoluciones de finales de los años sesenta, que el crítico de arte Robert Pincus-Witten ha denominado “posminimalistas[19]” en relación a obras de Keith Sonnier, Eva Hesse, Richard Tuttle, Bruce Nauman y otros, devuelven al primer plano la atención por los procedimientos artísticos y los aspectos estéticos de la producción y la recepción.
El cambio en el manejo de materiales, la tematización de la producción artística y la manera de involucrarse del observador en el proceso de creación de la obra, son relevantes para las tendencias contemporáneas del posminimalismo.
Así, de acuerdo con la Dra. Renate Wiehager: La acentuación del “contexto” por parte del arte minimalista clásico se cualifica a principios de los años noventa para una percepción ampliada y una elaboración de los fenómenos en los ámbitos de la política, la comunicación y la economía, del diseño y el lenguaje, al igual que para los signos y estructuras de la estética computacional que caracteriza nuestra conciencia. Por ejemplo, el joven artista neoyorquino Vincent Szarek (fig. 62) trabaja con objetos de fibra de vidrio, basados en bocetos generados por ordenador para el diseño de construcción de vehículos.
Según la Dra. Wiehager la cuestión sobre las premisas a partir de las cuales se desarrolló el minimalismo, sobre todo su horizonte político, sólo se había tratado de manera marginal hasta finales de los años noventa. Sin embargo, se sabe que los artistas del posminimalismo se vieron esencialmente influenciados por los movimientos de protesta que tuvieron lugar en los sesenta en Europa y América, por lo que la Dra. Wiehager se pregunta: ¿qué tienen que ver con la política las franjas, los ángulos en forma de “ele”, los plegamientos y las formas superficiales monocromas?
Primero, hay que recordar que el principio esencial que los minimalistas trataban de superar era el principio de la composición. Pero la composición estaba unida a la búsqueda de lógica, orden y belleza, y era inseparable de los conceptos de valor de la vieja Europa: jerarquía, racionalismo e individualismo; los artistas percibieron que la realidad era otra: el colapso de los valores, la aceleración de los conocimientos y las evoluciones científicas y técnicas, el vaciamiento y la crítica del lenguaje era una realidad contrapuesta en todos los aspectos al orden social establecido. Por lo que el posminimalismo se comprometió con estas ideas.
Segundo, esa visión se puso frente a la sociedad, sin reticencias, para llamar su atención sobre las graves deficiencias y sobre la discrepancia fundamental de su propia imagen. Como ejemplo, la Dra. Wiehager, nos señala al artista Absalón[20](fig. 63): Los diseños de viviendas del artista israelí Absalon son transformaciones escultórico-arquitectónicas de la experiencia corporal existencial, y al mismo tiempo “ocupaciones” simbólicas de espacios públicos, ambos aspectos consagrados en el pensamiento del arte minimalista. A partir de 1988, Absalon realizó obras sobre todo en miniatura y desarrolló pequeñas unidades de espacios vitales, llamadas “celdas”, hechas a medida al tamaño de su propio cuerpo y equipadas con las necesidades básicas para vivir.
Tercero, la pintura radical[21] que identifico no sólo una nueva corriente de la pintura abstracta sino, en mayor medida, una actitud del artista a partir de su compromiso político con las revueltas de mayo de 1968 en París. Los artistas intentaron unir la formulación de un nuevo concepto radical de obra con una carga explosiva de carácter político.
Finalmente, en los años noventa, Wolfgang Berkowski, Stephen Bram, Benoit Gollety, Esther Hiepler y Michael Zahn (fig. 64) desarrollaron grupos de obras independientes que se comunican con diferentes aspectos del minimalismo, ampliándolos y reformulándolos.

Capítulo ll:
LA FORMA MÍNIMA

“La forma mínima” es una fórmula que expresa dos cosas: el Minimalismo como tal, y el minimalismo como método de trabajo de artistas contemporáneos internacionales, cuyas obras pueden entenderse esencialmente bajo el punto de vista de los efectos históricos del minimalismo, en los que se reflejan también tendencias constructivistas y conceptuales, sus obras están caracterizadas por un vocabulario formal ralo, por el acento puesto sobre la objetividad, la materialidad y la visualidad, y por una reducción a estructuras fundamentales simples.
En la medida en que se contempla el minimalismo desde esta perspectiva, más metódica que temática, éste deja de ser sólo una corriente americana de los años 60 para emerger como una característica –una especie de forma mínima– de la obra de artistas de muy diversas épocas y lugares.
Las reflexiones del presente texto, en torno a la forma mínima, se ocupan solo de las obras de artistas que reflejan la manera en que el arte contemporáneo internacional atiende los “minimalismos” del siglo XX dentro del arte actual. Entendemos, que la corriente artística denominada “Minimal Art”, y en especial las instalaciones y objetos producidos por los representantes del Minimal “clásico” de la década de los sesentas, han tenido tal impacto que, con frecuencia, se les percibe como un fenómeno puramente norteamericano.
Sin embargo, creemos que, el minimalismo se ha constituido en una especie de “procedimiento” basado en la abstracción, el constructivismo y la reducción formal; es una serie de procedimientos y métodos utilizados por artistas europeos y americanos, tanto artistas modernos como artistas actuales, que participan de las tendencias minimalistas o que invocan como sus precursores históricos a la abstracción o el constructivismo europeo.
Conforme al carácter de esta propuesta, nos hemos concentrado en los procedimientos[22] que reflejan los criterios centrales del minimalismo desde una perspectiva actual: el cuadro se reduce a su cualidad superficial lógica evitando cualquier efecto ilusionista, y al mismo tiempo se comprende como un extracto de una idea plástica espacial más amplia.
De esta manera pudimos determinar algunas de las características de lo que hemos llamado forma mínima, las cuales se pueden observar en la obra de artistas contemporáneos: presencia escultórica del cuadro-objeto, estructuras geométricas frías, órdenes y proporciones, montajes de las obras en relación al espacio y al observador, anclaje constructivista de la forma y el espacio, composiciones espaciales simplificadas que rechazan todo lo simbólico y narrativo, superficies cromáticas planas, estructuras modulares, superficies geométricas de madera y vidrio, escritos, objetos metálicos de uso cotidiano y, finalmente, materiales que con frecuencia provenientes de contextos industriales.
Dentro de estas características podemos englobar la obra de artistas actuales tan disímbolos como: Félix Gonzales Torres (Imagen 9), Gabriel Orozco (Imagen 10), Hernández pijuan (Imagen 11), Mario Merz (Imagen 15), Mathias Goeritz (Imagen 16), Not Vital (Imagen 18), Richard Serra (Imagen 19), Richard Long (imagen 20), Roberto Rodríguez (Imagen 23), Roni Horn (Imagen 24), Sol Lewitt (Imagen 25), Ulrich Rückriem[23] (Imagen 26), Isamu Noguchi.
Con todo, las características del minimal común denominador o forma mínima se fundan en relaciones argumentativas individuales, sean estas de naturaleza política o formal, de reflexión sobre el arte o meramente estéticas. Pero consideramos que los “argumentos” pasan a un segundo plano tras la realidad perceptiva pura del objeto.
De acuerdo con la Dra. Wiehager entre las numerosas exposiciones que han podido verse durante los últimos años sobre el minimalismo y la geometría como fenómeno de las vanguardias de posguerra, desde Los Ángeles hasta Londres, pocas han sido las que se han atrevido a trazar una línea hasta el presente.
Contrariamente, la inauguración de la exposición “Minimalism and After III[24]” en Berlín, en 2004 y Antes y después del minimalismo, un siglo de tendencias abstractas en la colección Daimler Chrysler, en el Museu d’Art Espanyol Contemporani de Palma en el 2007, establecieron de manera ejemplar este diálogo entre posiciones históricas y actuales[25]. Esto tiene una importancia muy particular para este texto pues trata la integración del minimalismo en el arte contemporáneo.
Desde nuestro punto de vista, el análisis del minimalismo clásico descrito anteriormente, y el conocimiento sobre las obras de muchos artistas posteriores, es relevante en tanto que abre el debate de los fundamentos estéticos, políticos y formales del minimalismo como una fuerza motriz en el arte contemporáneo.

Bibliografía consultada

MARZONA, Daniel. (2006) Arte minimalista, Taschen, Barcelona.
MEYER, James. (2005)Arte minimalista, primera edición en español 2005. Editorial Phaidon Press Limited.
MEYER, James. by James Meyer (Author)Minimalismo: Arte y polémicas en los años sesenta, Editorial: Yale University Press (11 de agosto de 2004) Idioma: Inglés
MORGAN, Robert C. (2003) Del arte a la idea. 1ª edición, Editorial Akal. Madrid, España.
RIEMSCHNEIDER, Burkhard / GROSENICK, Uta. (2002) Arte de hoy. Edit. Taschen. Italia.
STRICKLAND, Edward. Minimalismo: Orígenes, Editorial: Indiana University Press (1 de septiembre de 2000) Idioma: Inglés
WIEHAGER, Renate. (2006) Antes y después Minimalismo, Hatje Cantz Editores, edición bilingüe, 15 de noviembre de 2006.

LINKS.

http://www.arteuniversal.com/estilos+ismos+movimientos/siglo+XX/segundas+vanguardias/minimalismo.php
http://es.wikipedia.org/wiki/Willem_de_Kooning
http://fundaciotapies.com/site/rubrique.php3?id_rubrique=213
http://www.postershop-espana.com/Motherwell-Robert-p.html
http://aprendersociales.blogspot.com/2007/05/analizar-una-obra-de-mark-rothko.html
http://cvc.cervantes.es/actcult/chillida/obra/cronologia.htm
http://www.nordenhake.com/php/artist.php?RefID=16
http://www.galerie-tschudi.ch/page/rueckriem.php

[1] http://www.march.es/arte/palma/anteriores/catalogominimal/castellano/presentacion.asp
[2] Minimalism and After es mucho más que el título de una serie de exposiciones temáticas. Es un proyecto expositivo que aborda el amplio panorama de una colección de arte que pretende mostrar la evolución de las tendencias abstractas y su fundamento conceptual desde las vanguardias históricas hasta el arte contemporáneo. El catálogo publicado en 2006 (Renate Wiehager, Minimalism and After. Tradition und Tendenzen minimalistischer Kunst von 1950 bis heute / Tradition and Tendencies of Minimalism from 1950 to the Present, Ostfildern, HatjeCantz) documenta de manera exhaustiva el contenido esencial de la colección.
[3] Antes y Después del Minimalismo, intro.PDF www.march.es/arte/palma/anteriores/catalogominimal/catala/introduccion.asp
[4] ídem
[5] la Bauhaus, fue una escuela de diseño, arte y arquitectura fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar (Alemania) y clausurada por las autoridades prusianas (en manos del partido nazi) en el año 1933. El nombre Bauhaus deriva de la unión de las palabras en alemán Bau, "de la construcción", y Haus, "casa”. La idea de la formación de un hombre nuevo para una nueva sociedad libre pertenece a las utopías fundacionales esenciales de la Bauhaus.
[6] El constructivismo fue un movimiento artístico y arquitectónico que surgió en Rusia en 1914 y que se hizo presente después de la Revolución de Octubre. Es un término de uso frecuente en el arte moderno que separa el arte "puro" del arte usado como instrumento para propósitos sociales. El término Construction Art (arte de construcción) fue utilizado por primera vez en forma despectiva por Kasimir Malevich para describir el trabajo de Alexander Rodchenko en 1917.
[7] Las obras de artistas de los años cincuenta y sesenta reflejan los primeros parámetros del modernismo abstracto. Las primeras etapas previas al arte minimalista se formulan desde Malevitch hasta Mondrian.
[8] Nos referimos a las obras producidas por los artistas como Carl Andre, Dan Flavin, Donald Judd o el recientemente fallecido Sol LeWitt.
[9] Las llamadas pinturas "negras" son cuadros elaborados por Ad Reinhardt en la década de 1960, que en un principio parecen ser simplemente lienzos pintados de negro, pero que en realidad están compuestos por tonalidades de negro y cuasi negro.
[10] La color-field painting o «pintura de campos de color» es una corriente dentro de la Escuela de Nueva York, anticipatoria de la pintura minimalista. Irving Sandler, crítico e historiador del arte, propuso llamar pintura color-field a la última alternativa del expresionismo abstracto, centrada en el color y sus posibilidades expresivas. Esta corriente surgió en torno al año 1947. Los artistas más representativos crearon cuadros en los que dominaban amplias áreas de color, todas ellas de igual intensidad. No hay en sus obras contrastes de luz o de colores. El dibujo y el gesto se hicieron simples. En muchas obras se trabajaba con un solo color en diferentes tonalidades. Son cuadros cercanos al neoplasticismo pero, a diferencia de él, las áreas de color son abiertas y parecen seguir más allá de los bordes del cuadro. Dentro de esta tendencia se enmarca la obra de Clyfford Still (1901-1980), Mark Rothko (1903-1970), Barnett Newman (1905-1970) y Enrico Accatino (1920-2007).
[11] Las pinturas combinadas -combine painting- de Rauschenberg consisten en la utilización de objetos reales como soporte. Se trata de una mezcla de pintura, objetos e imágenes fotográficas desprovistas de toda historicidad, cuya eficacia reside esencialmente en la intensidad plástica. Robert Rauschenberg llega a sus combine painting después de un corto pero intenso periodo expresionista caracterizado por las monocromías (serie de pinturas blancas y pinturas negras).
[12] El ready-made designa "lo ya hecho" u "objeto encontrado". Se trata de objetos manufacturados que se descontextualizan de su entorno común y a los que se les otorga una nueva identidad. Con ello, Duchamp ubica la esencia del acto artístico en la idea y selección del objeto y no en la creación ni en la imagen visual de la obra. De este modo, el artista se libera de la manualidad y, por ende, de la técnica, que la tradición artística entendía como indisolubles del acto creador.
[13] Adolph Dietmar Friedrich Reinhardt, (1913-1967) llamado también Ad Reinhardt, pintor y escritor, pionero del arte conceptual y del minimalismo, y crítico del expresionismo abstracto.
[14] También se conoce como pintura del silencio, pues se aparta del mundo material y del "ruido" de formas y objetos de la sociedad de consumo (especialmente las obras de artistas como Ryman, Martin y Marden por su vacío sustancial de intención metafísica). Los conceptos básicos de la pintura minimalista, parten de una concretización de elementos, hasta volver en ausencia de elementos el espacio pictórico.
[15] La exposición Peinture abstraite reunió obras de artistas contemporáneos y de algunos precursores como Verena Loewensberg, Armleder, Zobernig y Rockenschaub y de otros artistas como Mercier, Monk o Rondinone, estos artistas se opusieron a las tendencias neo-expresionistas dominantes en la década de los ochenta.
[16] El término arte concreto fue acuñado en 1930 en un manifiesto del artista del grupo De Stijl Theo van Doesburg: los elementos artísticos, desprendidos de cualquier contenido narrativo o representativo, no sólo deben significar por sí mismos, sino que deben ser sencillos, exactos y controlables.
[17] John Armleder (nació en Ginebra en 1948) He first came on the scene during his involvement with Fluxus in the 1960s and 1970s, when he created performances, installations and collective activities participó en Fluxus en los años 1960 y 1970, cuando creó performances, instalaciones y actividades colectivas.
[18] Fluxus (palabra latina que significa flujo) es un movimiento artístico de las artes visuales pero también de la música y la literatura. Tuvo su momento más activo entre la década de los sesenta y los setenta del siglo XX. Se declaró contra el objeto artístico tradicional como mercancía y se proclamó a sí mismo como el antiarte.

[19] A partir de la década de los 70 los artistas del movimiento Posminimalista empezaron a "explorar los procesos psíquicos y físicos implicados en la realización de una obra de arte, cuestionándose la materialidad de los objetos y las condiciones en las que fueron creados".
[20] Absalon, artista multimedia israelí-francés (Ashod, Israel, 1964 – Paris, 1993).
[21] De la que fue cofundador Olivier Mosset en los años setenta en Nueva york. En 1966 el artista comenzó una serie de cuadros circulares reducidos al modo minimalista, con acciones de pintura en público que pretendieron llevar a la tumba al clásico cuadro sobre tabla.
[22] Mientras un estudio del arte minimalista histórico focalizaría su interés en los artistas.
[23] Ulrich Ruckriem es uno de los artistas alemanes más conocidos. En los años 60 Ruckriem se convirtió en uno de los representantes más interesantes del minimalismo en Europa.
[24] Minimalism and After III - Neuerwerbungen / New Aquisitions. Del 3 de Septiembre 2004 hasta el 28 de Noviembre 2004
[25] En concreto entre el cuadro que disuelve el espacio de Oli Sihvonen, del año 1968, y los círculos de colores llamativos de Poul Gernes, del mismo año, con la obra en negro total object de Gerold Miller, creada en 2004.