jueves, 5 de enero de 2012

Lugar para ver. Manuel Velázquez



Lugar para ver
Manuel Velázquez
Inauguración viernes 13 de enero, 2012, 20:00 horas. Museo de Antropología de Xalapa. Av. Xalapa s/n Col. Obrero Campesina, Xalapa, Veracruz. Entrada libre.

La exposición Lugar para ver, esta compuesta por cuatro conjuntos de obras en las que trabajé de 2010 a 2012, las series son Umbra, Urdimbre, Maquetas y Estructuras. La idea principal es poner en primer término el análisis de la materialidad de la pintura. Por lo tanto, fue importante la atención prestada a la superficie, los pulidos, las patinas y los acabados rechazando cualquier elemento anecdótico. La forma referida para este trabajo es la sensación, lo contrario de la representación. Según palabras de Valéry, la sensación es lo que se transmite, no en tanto lo representado, sino que lo pintado. Privilegiando así el retorno a lo matérico, intento la exploración de la pintura a partir de sus posibilidades visuales, de su propia dialéctica como materia extendida y esgrafiada en una superficie. Otras características de estas obras son la gran escala, la obra en función del espacio de exposición, el uso preferente de formas sencillas y, asimismo, la participación de una metodología serial que permite una continuidad y sucesión de piezas. Con otras palabras, trabajé sobre la hipótesis de que la reducción estructural constituye un método, en el sentido de que la obra sólo contenga lo estrictamente necesario para cubrir mis necesidades conceptuales, artísticas y técnicas: unas leyes muy sencillas y generales.
El título Lugar para ver, tienen que ver con la idea de privilegiar la visión como lugar para el pensamiento. Ver implica pensar. Independientemente del tema, las fuerzas dinámicas que se establecen entre ver y pensar, son las que provocan mi expresión artística. Para mí, pintar es una reflexión sobre la pintura, es transformar el espacio del cuadro, interpretarlo, asimilarlo y ofrecer nuevos enfoques del mismo. No es casual que muchas de mis piezas revelen un interés por lo visual, para esto, no sólo utilizo elementos tradicionales como el dibujo y la pintura, sino que estos elementos inciden en un diálogo entre sentimientos e ideas. Desde mi punto de vista, la función del artista es articular un discurso que genere sentido y significado. Los artistas son productores de discurso. El arte es un tipo de razonamiento reflexivo, que puede ser intelectual o emotivo o una combinación de ambos, la actividad creadora actúa tanto consciente como inconscientemente, pero en mi caso, busco un equilibrio entre materia intelectual e intuición.
La serie Maquetas esta compuesta por un conjunto de ocho piezas pequeñas, de aproximadamente 30 x 40 x 30 cms. Me interesa la escultura íntima, que exija la atención del espectador de forma minuciosa, pretendo que el público dedique más tiempo a reflexionar sobre la obra que a contemplarla. Esta concepción de escultura como “maqueta” puede parecer extremadamente nueva, pero al mismo tiempo muestra sus características ancestrales. La lógica de esta propuesta es partir de la premisa de una obra que tiene su razón por sí misma, de lo cual se obtienen similitudes con el axioma matemático. Los axiomas han de cumplir sólo un requisito: son enunciados verdaderos en cualquier mundo posible, bajo cualquier interpretación posible, con cualquier asignación de valores. Comúnmente se toma como axioma un conjunto mínimo.
La serie Urdimbre tiene como propósito llegar a una obra estrictamente pictórica. Este proyecto está basado en la contraposición de nociones como presencia y ausencia, singular y homogéneo, silencio y ruido, sencillo y complejo, orden y caos. Bajo esta premisa busqué una obra que tuviera como referencia el textil y los elementos propios de las culturas primigenias. Esto con la intención de relacionarla con la colección del MAX.
Umbra, señala al mismo tiempo la sombra y el reflejo. En el caso de este proyecto, empero, indica momentos, fragmentos y construcciones. Mi interés se sitúa en los sitios intermedios, en los contenedores o las estructuras misteriosas. La idea es que estas pinturas descubran recintos sin nombre, lugares ocultos, paisajes solitarios: una búsqueda de los territorios olvidados y enterrados.
Estructuras, son objetos sintéticos, en busca de experiencias estéticas que planteen lecturas abiertas: se trata especialmente de la ausencia de relaciones figurativas y narrativas, como límites de la escultura. Una serie donde el sentido y significado es producto de la relación del objeto artístico con el receptor.
Mi proyecto básico como artista es céntrame en los mecanismos de producción de significado, esta ha sido mi forma de investigación en los últimos años. Intento entender cómo construimos el significado en el arte, para comprender sus dimensiones sociales, políticas e históricas, lo cual es resultado también de una transformación personal y mental, que proviene del trabajo mismo, de la vocación por ampliar el universo propio a partir de indagaciones sobre la noción misma de artista y sobre la propia naturaleza del arte.
Finalmente, quiero enfatizar que el arte implica no solamente capacidad intelectual sino también factores sociales, emocionales, físicos y psicológicos. De esta manera, la creación misma, puede proporcionar nuevos enfoques y conocimientos. Probablemente la mejor preparación para la vida sea el arte.
Manuel Velázquez
Enero 2012

miércoles, 4 de enero de 2012

Pequeño formato. Javier del Cueto



Pequeño formato
Javier del Cueto
La exposición “Pequeño formato” de Javier del Cueto, se presenta en la Galería Fernando Vilchis del Instituto de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, en el marco del Tercer Coloquio Internacional de Escultura en Cerámica. Esta muestra consta de treinta y ocho piezas, la mayoría de ellas sin un soporte definido, por lo que una misma obra presenta diversos montajes, convirtiéndose en una propuesta diferente en cada uno. Así, cuando las esculturas constan de dos o más partes, la posibilidad de crear nuevas obras, partiendo de una sola, se multiplican.
Javier del Cueto elaboró las bases de esta exposición a partir de esculturas en cerámica de pequeño formato. Le interesa la escultura íntima, que exija la atención del espectador de forma minuciosa, pretende que el público dedique más tiempo a reflexionar sobre la obra que a contemplarla. Esta concepción de escultura como “maqueta” puede parecer extremadamente nueva, pero al mismo tiempo muestra sus características ancestrales. En muchas de las piezas de Javier del Cueto se pueden reconocer reminiscencias de la sencillez elemental de los monumentos del paleolítico. Sus obras se relacionan con diversas experimentaciones escultóricas y pictóricas en las que se observan formas elementales, austeras, pero de gran fuerza emotiva.
Lo primero que se observa en la obra de Javier del Cueto, es su intención de combatir el ilusionismo que imperó en la escultura tradicional; en su obra se elimina cualquier posible interpretación ulterior a favor de la sola percepción inmediata, prevalecen el orden, la sencillez y la claridad. Otras características de estas obras, a parte de la pequeña escala; es la relación espacial sujeto-objeto, el uso preferente de formas reductibles y primarias consideradas como un todo, el sistema de uniformidad en la composición y la participación de una metodología serial en algunas de ellas, que permite que los elementos se dispongan unos cerca de otros dando lugar a una continuidad y sucesión de los mismos. Son estas características las que les confieren una poética de gran claridad estructural, a la cual se une el color natural del material. Debido a esto, el interés estético en las obras de Javier del Cueto, tiende a virar de las relaciones internas a las externas y viceversa; se puede observar la correspondencia entre nuestro concepto ideal de “escultura” y  “maqueta”. También podemos analizar la forma y cómo incide la iluminación en ésta, mientras la contemplamos y nos movemos a su alrededor. Otro aspecto a tener en cuenta es la relación entre el objeto artístico y el espacio de su ubicación arquitectónica, a pesar de su pequeño formato.
De esta manera, Javier del Cueto se separa de la abstracción geométrica más internacional y opta por la pura expresividad de la materia, para reinventar objetos misteriosos, cuñas, cuchillos, sitios arqueológicos, arquitectura en menor escala, etc. Podríamos definir sus piezas como "Piedras abstractas"; en las que se afirman preocupaciones constructivas en las búsquedas formales, orientando también sus indagaciones hacia el mundo precolombino. A Javier del Cueto no le interesan sólo los aspectos formales: su obra sigue la línea de la memoria evocativa, alejándose de cualquier intención nostálgica o imitativa. Con gran parquedad de elementos, sintetiza sus evocaciones con formas simbólicas que se encuentran presentes desde el pasado. Insistentemente sus obras buscan restablecer la significación del espacio y tiempo.
Javier del Cueto, es uno de los diversos artistas del continente, que vuelve a buscar fuentes de reflexión en la memoria cultural, haciendo gala de sobriedad y ascetismo, invitan a pensar en las formas presentes en el mundo que reconoce y estudia. Los materiales usados, la forma de trabajarlos, proponen asociaciones simbólicas en las que vuelve a pensar en nuestro pasado, lo saca del recuerdo para convertirlo en presente. Su escultura en cerámica se puede valorar como un espacio del pensamiento, arte, participación, imaginarios individuales y colectivos. Una obra que no precisa nada más que concentración, atención e intercambio para ser apreciada.