sábado, 23 de julio de 2011

Anima Mundi Colectiva gráfica



Anima Mundi
Colectiva gráfica
Del espumarajo negro que la noche vomita
nace el búho.
Dos estrellas
sus asombrados ojos.
Tibio montón de plumas en la rama,
el búho brota
del silencio nocturno.
Anima Mundi
Efraín Bartolomé

Existe una prolífica vinculación histórica entre las artes visuales y la literatura; a veces como acompañantes o correlatos en forma de crítica o ilustración, pero también como fuerzas creativas autónomas detonantes de ciertas experiencias que bien pueden ser expresables en uno, otro o ambos lenguajes. A partir de la muestra Anima Mundi, actualmente en exhibición en el Jardín de las Esculturas de Xalapa (IVEC), se plantea la interpretación y reflexión en torno a la creación literaria de Efraín Bartolomé como punto de partida para la creación de obra gráfica.
De acuerdo a Nietzsche, “interpretar un texto no es darle un sentido (más o menos fundado, más o menos libre), sino por el contrario apreciar el plural de que está hecho”. Durante siglos, los pintores se han inspirado en temas literarios para realizar sus composiciones, y los poetas han intentado conjurar imágenes que se creía que sólo las artes plásticas podían transmitir de forma adecuada. Si el texto, y en especial, la poesía, es la relación de sus partes con el lector y el oyente y así construye su sentido, también las obras visuales suelen componer un sentido más allá de su límite material. En una interpretación visual, la complejidad del texto literario estará siempre presente, fuera de la inmediatez de sus representaciones icónicas.
La exposición Anima Mundi, reúne a 12 artistas visuales radicados en Xalapa. Estos artistas trabajaron sobre una serie de textos inéditos, de la obra literaria del mismo nombre, realizada por el poeta chiapaneco Efraín Bartolomé. Esta exposición presenta a la obra gráfica y la literatura en una estrecha relación. Basta una ojeada a la obra de Federico López, Yarim Gómez, Gerardo Vargas, Belinda Ugalde, Jerónimo Rosales, Daniela Rivero, Israel Barrón, Adán Paredes, Laura Zaldívar, César Aguilar, Aram Huerta y Aldo Peralta para convencernos de que la poesía y la gráfica emulan fraternalmente metas y medios de expresión. Se trata especialmente de coincidencias sincrónicas, de intereses comunes, traducciones e interpretaciones entre diferentes medios artísticos.
Una de las líneas de desarrollo de esta exposición es el seguimiento de las coincidencias estilísticas y temáticas de estos autores a partir de la literatura. Esta exposición aborda la relación artes visuales-literatura desde un doble enfoque. Por una parte, se ocupa de algunos textos literarios de Efraín Bartolomé que los artistas plásticos han interpretado. Por otra parte, dilucida la función del artista plástico (en sentido amplio), tratando de establecer conexiones entre ellos y el poeta.
El montaje de la exposición en las áreas verdes del JEX, permite relacionar de forma abierta una obra con otra y al mismo tiempo, relacionar el conjunto de piezas con el espacio, lo cual agrega una lectura más al texto literario: la del observador. Esta lectura podría ser descrita como subliminal si no nos detenemos frente a los textos explicativos o si no miramos los textos literarios. Cada disposición de las obras en el espacio abierto, compone una narrativa significativa, que suele exigir el movimiento del cuerpo del espectador, que tiene que trasladarse aun que brevemente, de un lado a otro para la observación de la muestra. Escritura, dibujo, pintura y gráfica más allá de ser construidos sobre líneas, son lenguajes cuya comprensión necesita de un conjunto de conocimientos técnicos, históricos y sociales que se construyen en el imaginario del publico.

Manuel Velázquez
Junio 2011



Centre-choc, una exposición nómada del Atelier Presse Papier, de Trois-Rivières, Québec, Canadá



Centre-choc, una exposición nómada del Atelier Presse Papier, de Trois-Rivières, Québec, Canadá

El Atelier Presse Papier surgió en 1979 de la convergencia de jóvenes artistas apasionados por la estampa y el arte. Este atelier es un centro de arte y lugar de creación dedicado a la estampa contemporánea, fundado en Trois-Rivières gracias al dinamismo y a la actividad cultural de estudiantes egresados de la Universidad de Quebec. Actualmente Presse Papier agrupa artistas dedicados a las artes gráficas y multidisciplinarias, quienes difunden su trabajo más allá de sus fronteras, tanto en la escena nacional como en la internacional.
Hoy en día Presse Papier es un taller de estampa contemporáneo y polivalente. En sus inicios, el taller agrupaba a once jóvenes grabadores, actualmente representa a una treintena de artistas multidisciplinarios de Trois-Rivières. La proyección de varios de sus miembros en la escena profesional regional, nacional e internacional, da testimonio de la aportación de este centro artístico, que ocupa una importante posición en el plano del arte actual, como lugar motivador de proyectos artísticos interdisciplinarios. La sólida trayectoria de sus miembros y colaboradores ha hecho que el atelier Presse Papier sea considerado una referencia, tanto para artistas canadienses como extranjeros siempre interesados en la importancia de la estampa como medio de investigación en el arte contemporáneo.
Para celebrar sus treinta años de existencia, el atelier Presse Papier propone la exposición Centre-choc, una exposición itinerante de un grupo de grabadores del atelier, que se presenta en el Jardín de las esculturas de Xalapa (IVEC) en el mes de julio. Esta exposición se realiza en colaboración con la Delegación general de Québec en México y ha itinerado por diversas sedes del país. La exposición Centre-choc parte de una preocupación sobre temas relacionados con la dualidad, la complementación, la divergencia de opiniones y la complicidad. En este desafío el resultado es un trabajo en equipo, a partir de una sana confrontación entre los artistas participantes, que trabajaron con una temática inscrita en el contexto actual de las grandes preocupaciones del mundo: los choques culturales y la lucha social con una visión intergeneracional.
La exposición Centre-choc pone en escena doce encuentros artísticos que desarrollan el tema de la fragilidad, el equilibrio, la injusticia, la naturaleza, el juego y la tolerancia. Presentado doce trípticos que confrontan las diferentes percepciones de la vida, de la felicidad y de la belleza (también de los derechos, de las ausencias y de los compromisos como artistas y ciudadanos). Estas obras mediante su gran formato se acercan a una relación corporal con el espectador provocando una pluralidad de reflexiones.
Los veinticinco artistas, miembros de Presse Papier presentes en esta exposición, aceptaron asumir el desafío de trabajar sobre una misma obra en equipo, en dúo o en trío, jugando y confrontando sus imaginarios. Esta exposición permite al público descubrir obras variadas, únicas y sorprendentes. Son reveladoras de preocupaciones artísticas actuales y de las nuevas tendencias plásticas, que dan hoy al grabado fuerza e importancia. Las obras realizadas para esta exposición son de técnicas diversas, todos los trípticos incluyen una intervención en serigrafía, xilografía o aguafuerte.
La exposición Centre-choc muestra la vitalidad del Atelier Presse Papier, como un espacio común de investigación y de creación a orillas del río San Lorenzo donde se frecuentan e intercambian ideas, un sin numero de artistas.
Esta exposición en el JEX, presta atención especial a propuestas de arte actual basadas en temáticas que ponen a dialogar artistas locales, nacionales e internacionales, de tal manera que permite crear una reflexión permanente sobre la relación de nuestro arte con el arte internacional. Apostando por introducir nuevas reflexiones en el ámbito artístico local.

Manuel Velázquez
Xalapa, Veracruz, junio 2011

Frontera Mónica Hernández



Frontera
Mónica Hernández 
La frontera es generalmente diferente en sus dos partes, vista de allá y de acá. La noción de frontera demanda paradigmas explicativos que consideren la dimensión del encuentro con “el otro”, el establecimiento de distinciones de varios órdenes y la consecuente afirmación de “alteridad”. Coexisten entonces en esta noción, intercambios de conceptos, como un espacio para defender y compartir territorios; zona de confluencia, circulación, reciprocidad o avasallamiento. En nuestro tiempo, el tiempo de un mundo global, no hay límites sino fronteras.
Las múltiples significaciones de la frontera no escapan a las prácticas artísticas. La visión y la conceptualización de la frontera es un asunto que preocupa a muchos creadores contemporáneos. La frontera en el arte ha de entenderse como región de influencia, zona de discusión y encuentro. La internacionalización gradual y creciente del arte contemporáneo –tanto en su dimensión matérica, como en su dimensión simbólica– ha reforzado el progresivo desvanecimiento de los límites otrora nítidos que demarcan, en el campo sensible, sus diversos espacios. La disolución de bordes deconstruye las asociaciones inmediatas y perennes entre territorio, sociedad y cultura, y contradice, por eso, nociones esencialistas de expresión identitaria.
El traspaso del límite entre arte, naturaleza y cultura, es el señalamiento de la ambigüedad que atrapa el núcleo crítico de la propuesta de Mónica Hernández, expuesta en el Jardín de las Esculturas de Xalapa (IVEC) en los meses de julio y agosto. La obra Frontera propone transgredir el límite para recuperar el valor y el significado de la “diferencia” en la construcción de la identidad. Los límites sirven a la vez para proteger, para contener todo desborde, pero también para sujetar en el sentido de atrapar, para "capturar" y limitar. Frontera de Mónica Hernández, sirve a la vez para mostrar su grado de exclusión, para rodear, sitiar, lo que se excluye-incluye: la naturaleza y el arte.
La sutileza de la línea que traza la obra de Mónica Hernández, marca un deseo de identidad que es a su vez, la exaltación de un espacio frágil. Esa fragilidad parece contradecir el peso de lo que invoca; la ausencia de quienes portaron esas ropas. Es en esa tensión, de formas suspendidas sobre la naturaleza que encuadra, que se mantiene sin solución la significación del territorio, del paisaje; la contradicción del espacio que se pierde o se recupera. El cerco no puede con el espacio pero se le interpone en una tensión de formas. Frontera evita el transito, al mismo tiempo en que lo estimula. La instalación de Mónica Hernández invita a un juego donde la identidad, la naturaleza y el arte tienen que volverse a interpretar, pero no verbalmente como una máxima o una cita, sino que ha de surgir una noción integral a partir del movimiento físico que realiza el espectador. Frontera es una pieza contradictoria en sí misma y, en consecuencia, expresión de nuestro tiempo. Entendiendo esto como un proceso de creación que deja la obra abierta a sus significaciones y a la pluralidad de lecturas.
La obra de Mónica Hernández está tocada por el imperio de lo ambiguo. La artista saca partido de esa ambigüedad. Frontera no sólo se instala en un lugar, demarca y habita el territorio, pero requiere de la imaginación del otro para imprimir un significado. Frontera no está sujeta ni a los formatos, ni a los modos, ni a los soportes de las disciplinas artísticas tradicionales, de tal modo que ni siquiera la denominación de “arte povera” o “instalación” sirven del todo para clasificar esta producción que profundiza en distintas sensaciones físicas y visuales, al tiempo que señala de forma lúdica los graves problemas humanos, sociales y políticos de nuestro tiempo.

Manuel Velázquez
Xalapa, Veracruz, julio 2011