Hacer la
curaduría de una exhibición, es similar a escribir un cuento o pintar un cuadro.
El proceso es subjetivo y objetivo a la vez. Se usan cosas (como si fuera un
vocabulario) y se combinan esas cosas de manera que se pueda describir o iluminar
algún aspecto de la obra de un creador. El reto consiste en mantener el balance
entre la objetividad y la subjetividad. Ambas son válidas para el curador. Una
de ellas le da la distancia, la evaluación abierta y honesta. La otra le da la
cercanía, la chispa propia que es personal.
Actualmente,
preparar una exposición de arte requiere un conjunto de pasos previos que pueden
durar entre seis y diez meses:
- Contactos con los artistas.
- Proyecto de exposicion o formalización teórica.
- Investigación / localización de obras.
- Exploración del espacio para ponderar numero de piezas.
- Estructura y diseño de la exposicion (artistico, simbólico, conceptual, fenomenológico).
- Relación con el personal del museo (diseñadores, electricistas, montadores, etc.).
- Contacto con otros museos, centros, coleccionistas, galerías, etc.
- Organización de los transportes y los seguros.
- Producción mobiliario museográfico.
- Montaje de varios días.
- Rueda de prensa.
- Organización del día inaugural y clausura.
- Memoria del evento (fotografia, vídeo, audio, entrevistas, notas de prensa, edición del catálogo y los folletos).
- Más: reuniones, llamadas, faxes, e-mail, borradores, textos, gestiones.