sábado, 29 de noviembre de 2008

La forma mínima en el arte contemporáneo




La forma mínima en el arte contemporáneo

La sencillez de la forma
no implica la simplicidad
de su experiencia.
Robert Morris



La intención del presente texto es analizar las estructuras formalmente minimizadas en las artes visuales, desde una perspectiva que va del minimalismo al arte contemporáneo, a estas estructuras les llamaremos forma mínima. Se trata de entender las características del minimalismo y expandirlas a obras creadas dentro del arte contemporáneo, reflexionar en torno a obras que han incorporado las tradiciones y las tendencias abstractas y minimalistas a lo largo de todo el siglo, o que lo siguen haciendo en nuestros días, buscando una especie de “minimal” común denominador o forma mínima en la obra de artistas de muy diversas épocas y lugares.
Entendemos que la corriente artística denominada “Minimal Art”, y en especial las instalaciones y objetos producidos por los representantes del Minimal “clásico” de la década de los 60[1], han tenido tal impacto que, con frecuencia, se le percibe como un fenómeno puramente norteamericano. Con todo, y más allá de la circunstancia americana de su nacimiento, el minimalismo, se ha constituido en una especie de “método” plural, basado en la abstracción, el constructivismo y la reducción formal, es decir, en una serie de procedimientos y métodos utilizados por artistas europeos y americanos; tanto entre los de la posguerra como entre aquellos contemporáneos que participan de las tendencias minimalistas o invocan como sus precursores históricos a la abstracción o el constructivismo europeo. En la medida en que se contempla el minimalismo desde esta perspectiva, más metódica que temática, éste deja de ser sólo una corriente americana de los años 60 para emerger como una característica –una especie de forma mínima– de la obra de artistas de muy diversas épocas y lugares.
Desde este argumento, los planteamientos formalmente “minimizados” y las abstracciones geométricas características de las obras minimalistas deben buscarse también en el ancho caudal de las tendencias abstractas y constructivistas nacidas en Europa a principios del siglo XX. Así como en los artistas que han trabajado, o trabajan actualmente, desde la gramática de la abstracción, o en diferentes tendencias (incluyendo aquellas obras que corresponden a otros periodos, como el arte conceptual) pero que utilizan la reducción estructural como un método para la creación de sus obras.
El minimalismo es más un método que una escuela cuyos límites cronológicos abarcan un siglo. En definitiva hay un antes y un después del minimalismo, a partir del Minimal Art norteamericano de los años sesenta.

ANTES Y DESPUÉS DEL MINIMALISMO

A partir del
constructivismo[2] y sobre todo del planteamiento reductor de las últimas pinturas de campos de color[3] de Ad Reinhardt[4], surge en EE.UU. a mediados de los años sesenta el término "minimal" o “minimalista[5]”, esta corriente artística tiene su máximo desarrollo durante los años setenta.
El termino minimalista fue impuesto por el filósofo Richard Wolheim en 1965 para referirse al bajo contenido visual de las
"pinturas negras[6]" de Ad Reinhardt, de las pinturas combinadas[7] de Rauschenberg y de los ready-made[8] de Duchamp. El minimalismo es un estilo basado en la simplicidad de los elementos. Las obras de arte minimalistas están hechas con materiales industriales y su factura es mecánica, es decir, el artista apenas trabaja la obra manualmente. Además, no suelen recibir nombre, siendo muy empleado el conocido Untitled. Esto tiene como fin que el espectador interprete libremente la obra y que le de el significado que quiera.
Reinhardt, durante los últimos seis años de su vida, realizó la serie
"pinturas negras", todas del mismo formato (un metro cincuenta de superficie), que contenían una simple imagen en forma de cruz pintada en un tono muy oscuro apenas diferenciable del resto de la superficie del cuadro.
El minimalismo en EE.UU fue una corriente estética derivada de la reacción de algunos artistas ante el pop art que manejó conceptos diametralmente opuestos frente al colorismo, a la importancia de los medios de comunicación de masas, frente al fenómeno de lo comercial y de un arte que se basaba en la apariencia. Los creadores minimalistas reducen al máximo los elementos propios del arte, los volúmenes y formas en escultura. De manera análoga proceden en la arquitectura o en la pintura. Intentan condensar en escasos elementos sus reflexiones y principios artísticos.
El término minimalista acabó por referirse casi exclusivamente a los objetos tridimensionales desarrollados por determinados escultores reduccionistas norteamericanos, cuyo progreso eclipsó a las manifestaciones pictóricas. La pintura "minimal" también se conoce como pintura del silencio, pues se aparta del mundo material y del "ruido" de formas y objetos de la sociedad de consumo (especialmente las obras de artistas como Ryman, Martin y Marden por su vacío sustancial de intención metafísica).


La pintura "minimalista[9]" es una radicalización del programa reductor comenzado por algunos de los pintores de la abstracción postpictórica a principios de los sesenta. Así, las obras producidas por Olitski (superficies enfáticas) y Kelly (paneles de color) a partir de finales de los sesenta están dentro de la tendencia minimalista. Posteriormente, en los años ochenta, se produjo una renovación de la pintura minimalista con las tendencias Neo-geo y post-minimal.

Neo geo

A mediados de los años ochenta una joven generación de artistas vuelve a establecer relación con el arte concreto, una relación con frecuencia influida por una mirada subversiva e irónica. A partir de la exposición Peinture abstraite celebrada en 1984 en Ginebra, de la cual fue comisario el artista suizo John M Armleder, el movimiento no tardó en ser denominado “Neo Geo” o “Nueva geometría”. Armleder reunió en la exposición obras de artistas contemporáneos. El francés Olivier Mosset y el austriaco Gerwald Rockenschaub cuentan entre quienes se opusieron conscientemente a las tendencias neoexpresivas de los años ochenta. Mosset, que fue a Nueva York en 1978, pertenece también al núcleo del círculo del “Radical Painting”. En su obra conceptual multimedia, el austriaco Heimo Zobernig trabaja basándose en sistemas de ordenación de ámbitos diversos, como por ejemplo el alfabeto, los números naturales, los colores básicos o las formas geométricas fundamentales, como el círculo, la línea y el rectángulo. De la exposición de la que fuera comisario Armleder también están Sol LeWitt, que se engloba entre los representantes de arte minimalista “clásico” de los años sesenta, y Verena Loewensberg, representante del arte concreto.
Junto a Josef Albers, existen representantes del arte “concreto” en Suiza y Alemania, a cuya concepción de la reducción geométrica se referirán muchas generaciones posteriores de artistas. En este ámbito destaca la figura del alumno de la Bauhaus Max Bill, nacido en Suiza y que a finales de los años treinta funda el grupo de los “concretos de Zúrich”. Al mismo pertenecen, entre otros, Richard Paul Lohse, Verena Loewensberg y Camille Graeser. Este último fue alumno de Hölzel, al igual que Adolf Fleischmann, quien, al emigrar a los Estados Unidos a comienzos de los años cincuenta, tiende nuevos puentes con el nuevo continente. Hans Arp, cuyas obras representan una forma de abstracción más orgánica, también es un antiguo alumno de la Bauhaus que mantiene estrecha relación con Max Bill, puesto que ambos pertenecen a la asociación de artistas abstractos “Abstraction-Création”, fundada en París en 1931. También el más importante representante del arte concreto en Alemania, Friedrich Vordemberge-Gildewart, tras un breve período de estudio en la Bauhaus, se integra en dicha asociación y mantiene un estrecho contacto con Max Bill. Después de la guerra dará clases en la Escuela Superior de Diseño de Ulm, de la que Bill es cofundador, y en la que también Albers, entre otros, desempeñó labores docentes. En el círculo de los artistas concretos se sitúa una obra contemporánea del inglés Liam Gillick.Un papel destacado es el que desempeña Hermann Glöckner, que trabajó en completo aislamiento y que hoy destaca como el representante más importante de los artistas abstractos de la extinta RDA.
En este ámbito se agrupan obras de artistas que muestran diferentes tendencias minimalistas dentro del arte norteamericano y europeo desde los años cincuenta hasta nuestros días. De nuevo se ponen de manifiesto las estrechas relaciones entre Europa y Norteamérica.


Kenneth Noland, alumno de Albers y Bolotowsky en el Black Mountain College en los años cuarenta, destaca en los cincuenta como representante de la escuela denominada “Washington Color School”. Empleando una nueva técnica, logra una fusión perfecta del color y el lienzo, puesto que éste permanece sin imprimar y absorbe en cierto modo los colores. Con esta técnica trabajan diversos representantes del movimiento denominado “Post Painterly Abstraction” (abstracción postpictórica) de los años sesenta, al que, entre otros, pertenece también el propio Noland. Junto a pinturas de Sean Scully y Michael Heizer, conocido fundamentalmente como cofundador del land art en los años sesenta, se hallan obras de tres mujeres artistas: Jo Baer, que se afirma como una de las pocas mujeres de la escena artística del Nueva York de los años sesenta y defiende la pintura en el círculo del Minimal Art “clásico” orientado al arte objetual; Elaine Sturtevant, que trabaja desde 1964 en remedos perfectos de obras de artistas contemporáneos realizadas en diferentes medios; y Marcia Hafif, que destaca en el Nueva York de los setenta como representante de la pintura monocromática, e inicia una agrupación de artistas europeos y norteamericanos que posteriormente adoptaría la denominación de “Radical Painting”. También los artistas británicos: Jeremy Moon, líder de los pintores minimalistas de Londres en los años sesenta y el artista contemporáneo Julian Opie, quien, basándose en la estética de juegos de ordenador, desde comienzos de los noventa se ocupa de la arquitectura. Por su parte, el artista contemporáneo israelí Meir Eshel –que en el París de los ochenta y hasta su prematura muerte en los noventa trabajó bajo el pseudónimo artístico de “Absalon”– se ocupa de la arquitectura en relación con diseños de viviendas.


La intensa influencia de los signos y las estructuras de la estética de ordenadores sobre la producción artística a partir de los años noventa está un objeto mural del joven artista neoyorquino Vincent Szarek.

Pintura del silencio

La Pintura minimalista es la aplicación del minimalismo al campo pictórico. Se trata de una pintura abstracta que se originó en los Estados Unidos, concretamente en Nueva York, en la década de los años 1960, desarrollándose durante los años 1970. Forma parte del Minimal Art, que suele traducirse como Arte minimal.
Se considera que es una reacción contra las formas pictóricas del expresionismo abstracto. Como influencia del minimalismo en la pintura se cita a Ad Reinhardt y sus «pinturas negras», realizadas al final de su vida. Igualmente, se cita como precedente la tendencia Color-field painting, dentro del expresionismo abstracto. Estas obras reduccionistas estaban en claro contraste con las pinturas «mínimas» pero llenas de energía de un Willem de Kooning o Franz Kline y tendían más hacia la pintura de los campos de color de Barnett Newman y Mark Rothko. También se ha apreciado la influencia del constructivismo en esta tendencia.
Los pintores minimalistas recibieron, además, las influencias del compositor John Cage, el poeta William Carlos Williams, y del arquitecto Frederick Law Olmsted. De manera explícita afirmaron que su arte no era una expresión de sí mismos, en completa opocición a los expresionistas abstractos de la década precedente. Muy pronto crearon un estilo minimalista, entre cuyos rasgos estaban: formas rectangulares y cúbicas, que no eran metáfora de nada; igualdad de las partes del cuadro, repetición, superficies neutras, materiales industriales, todo lo cual lleva a un impacto visual inmediato. Suelen realizar telas de gran formato en los que predomina, ante todo, el color.
El primer pintor a quien se relaciona específicamente con el minimalismo fue Frank Stella, cuyas pinturas a rayas fueron destacadas en la exposición de 1959, «16 Americans» (Dieciséis americanos), organizada por Dorothy Miller en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. La anchura de las rayas en las pinturas de Stellas quedaban determinadas por las dimensiones de la madera usada para construir el marco que sujetaba al lienzo. En el catálogo de la exposición, Carl Andre señaló que «el arte excluye lo innecesario. Frank Stella ha entendido necesario pintar rayas. No hay nada más en esta pintura». Aunque a partir de esta exposición, Stella recibió una atención inmediata, artistas como Ralph Humphrey y Robert Ryman habían comenzado a explorar formatos monocromáticos a finales de los años 1950.
Posteriormente, en los años ochenta, se produjo una renovación de la pintura minimalista con las tendencias Neo-geo y Neo-minimal.



Escultura

En escultura, el Minimal Art se concretó en formas geométricas simples que no representaban ninguna imagen. Los escultores minimalistas encargaban sus obras a industriales y trataban de no participar en el proceso para que en la pieza no hubiera «ningún rastro de humanidad». La intención explícita de los minimalistas era eliminar en lo posible lo superfluo (no entendieron que es esencial al arte el ser superfluo). El minimalismo se contagió a todas las artes, incluso a la arquitectura. Las modernas plazas duras que invaden actualmente las ciudades europeas son fruto de este espíritu.
El propio Judd se refería a sus trabajos como objetos específicos, obras que no son signo de nada y no tienen otro referente que sí mismos, de ahí su especificidad. "El arte absolutamente libre no desemboca en cuadro ni en escultura sino en objeto puro". Escribió André Malraux, en unos términos que hubiesen gustado a Judd de no ser porque fueron formulados en Europa, y obviar en lo posible la tradición europea era un presupuesto fundamental para los minimalistas más radicales.
Los minimalistas trataron de crear nuevas relaciones de volumen, color y escala. Igualmente trataron de replantear las relaciones entre el arte como objeto (especifico), y entre el objeto y el hombre como artista. Y ese fue el nuevo planteamiento que se produjo en E.U. a lo largo de los años '60.
La obra de los minimalistas podía captarse en su totalidad de una sola vez y de forma inmediata. Su propia presencia era todo lo que había que ver en los objetos. Cualquiera podría entenderlos a primera vista. Por eso esa pretensión universal de la neutra geometría minimalista, que trata de eliminar toda presencia del cuerpo humano en las obras e impedir la proyección en ellas de cualquier prejuicio psicológico. "Nada de ilusiones, nada de alusiones" decía Donald Judd.
Las ideas de abstracción geométrica, austeridad, y monocromatismo, presentes en muchas tendencias artísticas se concretaban ahora en una búsqueda de la máxima expresividad- sin expresionismo- conseguidos con los mínimos medios.
El minimalismo arquitectónico surge a finales de la década del 60 en Nueva York, pero sus orígenes están anclados en Europa, en las primeras ideas del arquitecto alemán Ludwig Mies Van Der Rohe, uno de los arquitectos más importantes de este siglo.
Ludwig Mies Van Der Rohe elabora sus ideas acerca de la pureza de las formas (precursoras del minimalismo) durante el ejercicio de su cargo en la dirección de la Escuela de Arte y Diseño de la Bauhaus, en Alemania, a finales de los años 30. Poco tiempo después, y debido al proceso de la segunda guerra mundial, emigra a Estados Unidos, país donde ya era conocido como arquitecto y diseñador influyente, y se nacionaliza estadounidense.
Entrado los años 60 participa en Nueva York del movimiento del arte mínimo y geométrico en las artes visuales. Aunque no fue el único que intervino, su versión del racionalismo y posteriormente del funcionalismo, se han convertido en modelos para el resto de los profesionales de su siglo. Su influencia se podría resumir en una frase que él mismo dictó y que se ha convertido en el lema de la arquitectura de vanguardia de la primera mitad del Siglo XX: "menos es más".
A lo largo de su vida profesional luchó por conseguir una arquitectura de carácter universal y simple, que fuese honesta en el empleo de los materiales y en las estructuras. Su obra se destaca por la composición rígidamente geométrica y la ausencia total de elementos ornamentales, pero su poética radica en la sutil maestría de las proporciones y en la elegancia exquisita de los materiales (en ocasiones empleó mármol, ónice, travertino, acero cromado, bronce o maderas nobles), rematados siempre con gran precisión en los detalles.
Ya en la década del 70, el minimalismo alcanza su madurez como una forma de reacción a los estilos recargados de la época (principalmente el pop art) y la saturación comunicacional dentro del universo estético. Esto influenció no sólo en la decoración y la arquitectura, sino también en la pintura, la moda y la música.
Por otro lado, en 1925 el arquitecto franco-suizo, Le Corbusier llamaba a superar los antiguos lenguajes y a trascender las aportaciones del cubismo mediante el purismo. "Los nuevos tiempos exigen un espíritu de exactitud, un espíritu nuevo", argumentaba. En el clima de estas declaraciones publicó un ensayo con el título "El arte decorativo de hoy". En este artículo Le Corbusier pretendía señalar la contradicción de los términos: decoración y modernidad. Además cita en este ensayo como precedente la tesis de 1908 de Adolf Loos que relaciona ornamento con delito. Todas las ideas de Le Corbusier quedan plasmadas en los diseños y en las viviendas que desarrolla en estos años.
Sobre el origen se puede decir que el minimalismo es una versión corregida y extremada del racionalismo y de la abstracción con que las artes responden a la aparición revolucionaria de la industria a finales del s. XIX. En este momento, el arte y la arquitectura modernos adoptaron la máquina como modelo de obra autosuficiente reducida a su pura esencia y en pos de una autonomía. La nueva arquitectura rechazaba la tradición de estilos que habían constituido durante siglos su repertorio constructivo, en un intento de evitar todo simbolismo y subjetivismo. El destino final es obtener la forma elemental y universal.
Otros consideran que el minimalismo es el penúltimo estadio del clasicismo que recorre la cultura occidental. En este sentido está la influencia que la sobria arquitectura japonesa tiene sobre muchos diseñadores e interioristas occidentales contemporáneos. Es conocido el impacto que tuvo la presencia en 1893 del sencillo pabellón japonés Ho-o-den en la grandilocuente Exposición Universal de Chicago.
Sea como fuere, el minimalismo se ha convertido en un estilo internacional empleado por una parte de la producción artística contemporánea, más como una actitud abierta que como un estilo cerrado.
[1] Nos referimos a las obras producidas por los artistas como Carl Andre, Dan Flavin, Donald Judd o el recientemente fallecido Sol LeWitt.
[2] El constructivismo fue un movimiento artístico y arquitectónico que surgió en Rusia en 1914, que se hizo presente después de la Revolución de Octubre. Es un término de uso frecuente en el arte moderno, que separa el arte "puro" del arte usado como instrumento para propósitos sociales.
El término Construction Art (arte de construcción) fue utilizado por primera vez en forma despectiva por
Kasimir Malevich para describir el trabajo de Alexander Rodchenko en 1917.

[3] La color-field painting o «pintura de campos de color» es una corriente dentro de la Escuela de Nueva York, anticipatoria de la pintura minimalista.
Irving Sandler, crítico e
historiador del arte, propuso llamar pintura color-field a la última alternativa del expresionismo abstracto, centrada en el color y sus posibilidades expresivas.
Esta corriente surgió en torno al año
1947. Los artistas mas representativos crearon cuadros en los que dominaban amplias áreas de color, todas ellas de igual intensidad. No hay en sus obras contrastes de luz o de colores. El dibujo y el gesto se hicieron simples. En muchas obras se trabajaba con un solo color con diferentes tonalidades. Son cuadros cercanos al neoplasticismo pero, a diferencia de él, las áreas de color son abiertas, y parecen seguir más allá de los bordes del cuadro.
Dentro de esta tendencia se enmarca la obra de
Clyfford Still (1901-1980), Mark Rothko (1903-1970), Barnett Newman (1905-1970) y Enrico Accatino (1920-2007).

[4] Adolph Dietmar Friedrich Reinhardt, (1913-1967) llamado también "Ad" Reinhardt, pintor y escritor, pionero del arte conceptual y del minimalismo, y crítico del expresionismo abstracto.
Las primeras obras de Reinhardt evitaron la representación y mostraron un alejamiento de los objetos y las referencias externas. Su trabajo evolucionó desde composiciones con formas geométricas en los años
1940, a trabajos en distintas tonalidades del mismo color (todo rojo, todo azul, todo blanco) en los 1950.

[5] Conocido también bajo los nombres de arte reduccionista, cool art, ABC art, Rejective Art, Literalist Art o estructuras primarias.

[6] Las llamadas pinturas "negras" son cuadros pintados por Ad Reinhardt en la década de 1960, que en un principio parecen ser simplemente lienzos pintados de negro, pero están en realidad compuestos por tonalidades de negro y cuasi negro. Entre otras evocaciones, estas pinturas pueden interpretarse como el cuestionamiento de si puede existir algo que sea absoluto.

[7] Las pinturas combinadas -combine painting- de Rauschenberg consisten en la utilización de objetos reales como soporte, se trata de una mezcla de pintura, objetos e imágenes fotográficas desprovistas de toda historicidad y cuya eficacia reside esencialmente en la intensidad plástica.
Robert Rauschenberg llega a sus combine painting después de un corto pero intenso periodo expresionista caracterizado por las monocromías (serie de pinturas blancas y pinturas negras).

[8] El ready-made, es "lo ya hecho" u "objeto encontrado". Es decir objetos manufacturados que se descontextualizan de su entorno común y a los que se les otorga una nueva identidad. Con ello, Duchamp ubica la esencia del acto artístico en la idea y selección del objeto, no en la creación, ni en la imagen visual de la obra. De este modo, el artista se libera de la manualidad y, por ende, de la técnica, que la tradición artística entendía como indisolubles del acto creador.
[9] Los conceptos básicos del minimalismo, parten de una concretización de elementos, hasta volver en ausencia de elementos el espacio pictórico.

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