miércoles, 30 de marzo de 2011

Trazos de paisaje. Esculturas de Roberto Rodríguez



Trazos de paisaje
Esculturas de Roberto Rodríguez

La Pinacoteca Diego Rivera del Instituto Veracruzana de la Cultura, presenta la exposición Trazos de paisaje, esculturas de Roberto Rodríguez. Muestra que abrirá al público el día 24 de marzo a las 19:00 horas y permanecerá hasta junio del presente año en un horario de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas. Esta exposición reúne 86 obras en madera y fieltro realizadas por el artista entre 2009 y 2011. Se trata de una selección de cinco series que hacen del paisaje y la memoria los protagonistas principales.
Roberto Rodríguez (Misantla, Veracruz, México, 1959), es un escultor que trabaja con formas referentes a materias terrestres: montañas, árboles, plantas y semillas. Realizó estudios de escultura en la Universidad Veracruzana, donde actualmente es investigador. Su trabajo suele ser talla en madera pintada con técnicas mixtas y desde hace algunos años incursiona en la cerámica y el textil. Las obras de esta exposición muestran, en una amplia variedad de formatos y materiales, el carácter íntimo, privado, evocador del paisaje.
Rodríguez nos ofrece una aproximación a sus vivencias de la infancia relacionadas con la vida en el campo mediante la reflexión sobre el lugar vivido, experimentado e íntimo. En sus esculturas, el espacio de exposición no se concibe como una condición neutra e inalterable, sino como resultado específico del proceso configurativo de la obra. Sin reproducir la naturaleza, sus piezas encierran la emoción que ésta produce, y son expresión y reflexión de su memoria. Con esto, Rodríguez ha podido alcanzar un resultado que en su obra anterior solo era indirecto: hacer el espacio táctil. Y esto ha sido posible cuando las mismas condiciones para recorrer la obra van desarrollándose en un espacio capaz de corresponderle.
De esta manera, Rodríguez, enfatiza el espacio mediante su presentación; una superficie de afección que se construye en la medida que se le recorre. Aquí se trata de entender la superficie como desplazamiento, de ver el espacio no como territorio, sino como afección y movimiento, tal y como lo propone Deleuze [1] De esta manera su obra, lejos de presentarse como un fenómeno cerrado, se abre, impregnándose de recursos más propios del acontecimiento y de la escena, lo que le confiere una dimensión significativa; una obra que se gesta por relación háptica; [2] al mismo tiempo se ofrece a la mirada, al tacto y al transito, estrechamente relacionada con el movimiento del cuerpo del espectador, quien tiene que caminar, agacharse, alejarse, acercarse, etc. para la apreciación de la pieza.
En su obra, las afecciones no son las pasiones que nacen del tiempo presente, sino de un tiempo pasado. En línea con Deleuze, el afecto aquí es independiente de todo espacio-tiempo determinado, pero “no por ello deja de estar creado en una historia que lo produce como lo expresado y la expresión de un espacio o de un tiempo, de una época o de un medio.” [3]
La Pinacoteca Diego Rivera está ubicada en J. J. Herrera No. 5 Centro Histórico, Xalapa, Veracruz, México.


[1] Gilles Deleuze y Félix Guattari, Mil mesetas, Pre-textos, Valencia 2002.
[2] La percepción háptica se identifica con la experiencia táctil del entorno a través de la exploración activa, tiene que ver con lo susceptible de tocar. Ver Gilles Deleuze y Félix Guattari Ídem.
[3] Op. cit., p. 146. 

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