Ir
tirando
Marta Ovalle
En la búsqueda de Marta Ovalle por el
sentido de la creación, se afirma su lucha por la necesidad humana. Hunde sus
raíces tanto en la belleza como en el aspecto emotivo de la cerámica. La
artista arriesga el preciosismo técnico para sugerir en una nueva ordenación, las
interrelaciones que pueden llegar a desarrollarse con el transcurso del tiempo.
Integra así un discurso significativo y propone simultáneamente nuevos
derroteros para su escultura. Explorar el territorio emotivo significa
enfrentar la manera como incide sobre el barro nuestros sentimientos e ideas, se
busca unir la herida con una forma que la refleje. La escultura en cerámica de
Marta Ovalle no ilustra la herida; sino que se siente aún vívidamente.
En los relieves más
recientes, Marta Ovalle se preocupa en mayor medida por la representación, restaurando
una lógica pictórica en la cerámica, llegando incluso hasta el retrato de
familiares y amigos. Marta Ovalle indaga sobre la importancia de volver a
pensar sus imaginarios mediante el uso de la fotografía sobre placas de barro.
De tal forma que, operando con modelos de investigación que se nutren de la
antropología o la historia, cuestiona los postulados culturales sobre los que
se había apoyado la noción de identidad. A esta artista, no le interesan sólo
los aspectos formales: su obra sigue la línea de la memoria evocativa,
alejándose de cualquier intención nostálgica o imitativa. Con gran parquedad de
elementos, sintetiza en sus evocaciones formas simbólicas que encuentra
presentes en el pasado. Para ello se vale de un mundo iconográfico muy propio,
con la particularidad, de que mezcla personajes y situaciones donde la ironía
-a veces sutil, otras muy directa- nos enfrenta a un punto de vista sobre la
realidad, que ella sigue sintiendo como parte de la cotidianidad. Las imágenes
mezcladas vienen tanto del álbum familiar, como de imágenes creadas.
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