La
tierra no es plana
Gloria
Carrasco
“La
tierra no es plana”, es la exposición que presentó Gloria Carrasco en el Museo
de Antropología de Xalapa. [1]
Estas instalaciones y objetos cerámicos
producidos en serie se pueden entender como derivación de la corriente artística
denominada Minimalismo. Sin embargo, contrario al Minimalismo “frío” de la
década de los sesenta, a la obra de Gloria Carrasco se le percibe como
“cálida”. Esta calidez dentro del Minimalismo, se ha operado con los
instrumentos técnicos de la cerámica. Es decir, la escultura de Gloria Carrasco
se caracteriza por su voluntad de aniquilar la intensa definición geométrica de
los Minimalistas ortodoxos. Pero su atención al Minimalismo no es meramente
casual: se presenta como el resultado del trabajo, de la previsión y el
conocimiento de los materiales y técnicas. De esta manera, Gloria Carrasco ha
puesto también, cabeza abajo al antiformalismo del posminimalismo.
Con
todo, y más allá de la circunstancias propias de producción de la escultura en
cerámica, el Minimalismo en la obra de Gloria Carrasco se ha constituido en un
“procedimiento” basado en la abstracción, el constructivismo y la reducción
formal; en una serie de estrategias y métodos. Conforme al carácter de su
propuesta, Gloria Carrasco se ha concentrado en los procedimientos que reflejan
los criterios centrales del Minimalismo desde una perspectiva actual: la
presencia escultórica, las estructuras de tendencias simples, los órdenes y
proporciones monumentales, los montajes de las obras en relación al espacio y
al observador, el anclaje constructivista de la forma: composiciones espaciales
simplificadas, superficies cromáticas planas y estructuras modulares, así como
los materiales de montaje provenientes de contextos industriales, como los
espejos usados en la pieza "Dunas".
La
obra de Gloria Carrasco se funda en relaciones visuales y plásticas, sean éstas
de naturaleza técnica o meramente estéticas. Se trata de una obra donde los
“argumentos” pasan a un segundo plano tras la realidad perceptiva del objeto
cerámico: la íntima relación entre el material, la técnica y la intuición. Es
el paralelismo entre las leyes plásticas objetivas y la percepción subjetiva de
las que nace la concepción artística de Gloria Carrasco.
En
la vieja dialéctica teorizada por Robert Smithson, entre piezas para un sitio
preciso y otras transportables, Gloria Carrasco ha mostrado su preferencia por
los trabajos que pueden ser instalados en distintos espacios. La categoría del non
site se ha trasladado, por lo tanto, a la cosificación y la adaptabilidad
espacial de los objetos artísticos. De esta manera se distinguen tres posibles
zonas temáticas que constituyen el trabajo de Gloria Carrasco. La primera de
ellas se centra en el tratamiento específico del paisaje como objeto de la
representación artística, variante en la que se localizan emblemáticos
exponentes visuales en Xalapa, de lo que se ha dado en llamar
“paisajes-memorias”. La segunda se refiere a una vertiente del arte
particularmente interesada en una suerte de (re)escritura de la historia que
refleja el carácter diacrónico y complejo de nuestra peculiar noción del tiempo,
poniendo de relieve las “yuxtaposiciones y mixturas” tan características
también de nuestro entorno regional. La tercera atiende a aquellas creaciones
que potencian especialmente el empleo de los materiales en un quehacer
artístico que interconecta con provechosa armonía los medulares conceptos de
tiempo y espacio.
Los
objetos cerámicos, esculturas, instalaciones y obras ambientales de Gloria
Carrasco derivan del talento y el profesionalismo, y pueden ser portadoras de un
procedimiento de honda significación para la escultura en cerámica
contemporánea.
[1] La tierra no es plana. Se realizó del 2 de septiembre
al 30 de octubre de 2011. En el Museo de Antropología de Xalapa (UV).
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