martes, 6 de enero de 2009

LA FORMA MÍNIMA

La forma mínima 3, mixta sobre madera, 140 x 140 cm, 2008

La forma mínima 2, mixta sobre madera, 140 x 140 cm, 2008
La Forma mínima 1, mixta sobre madera, 100 x 120 cm, 2008La


La Forma Mínima
Obra reciente

Forma Mínima es un proyecto pictórico que se construyo a partir de la reducción formal de los elementos visuales y de los conceptos promovidos en el minimalismo acerca de la pureza de las formas (donde se elaboraron una serie de obras, bajo la idea: menos es más).
Con este fin, se diseñó un programa creativo basado en la elaboración de 20 pinturas, en diversas técnicas (acrílico, grafito, cera, pátinas, y paladio) sobre madera en formatos que van de los 100 x 120 cm a 140 x 140 cm, partiendo del análisis de una forma básica semejante a una nuez, la cual sufrió pequeñas variables en cada una de las piezas. Estas variables, a manera de serie, van dirigidas a analizar su capacidad discursiva y perceptual. Para ello, se organizo un procedimiento diseñado con las siguientes características:
1.- Abstracción
2.- Economía de lenguaje y medios
3.- Producción y estandarización
4.- Uso literal de los materiales
5.- Austeridad con ausencia de ornamentos
6.- Purismo estructural y funcional
7.- Geometría elemental
8.- Precisión en los acabados
9.- Reducción y síntesis
10.- Sencillez
11.- Concentración
Esta serie analiza la relevancia de la forma mínima a partir de un enfoque morfológico, sistémico, perceptivo y significativo, es decir, nos enfocamos en el estudio de la reducción estructural: las formas están reducidas a estados mínimos de orden y complejidad, mediante un criterio de economía (máximo orden y mínimos medios) y de sistemas seriales o modulares (las partes individuales no son relevantes, el problema principal es el sentido del todo). El objetivo es presentar una reevaluación del minimalismo desde una perspectiva contemporánea.
Esta serie se destaca por la composición rígidamente geométrica y la ausencia de elementos ornamentales, por lo que la poética de los cuadros radica en la reiteración, la sutileza de los acabados y el trabajo con los materiales, en donde se funden los elementos en el lenguaje puramente pictórico.
La intención fue trabajar con una actitud abierta y con una especie de método, más que con un modelo cerrado o un estilo, la parte fundamental de esta propuesta es un ejercicio sobre los conceptos del minimalismo histórico; dicho ejercicio resulta de una labor deconstructiva que permite reformular significados y significantes. Todo se convirtió en ausencia: ausencia de elementos, ausencia de contrastes, de colores, ausencia –incluso- de significado o más propiamente dicho, ausencia de un solo significado. Bajo este punto de vista, estamos hablando de una obra oscura, críptica, no tanto en la forma como en el concepto, se busco además, que las pinturas operaran sólo en términos de material, superficie, tamaño y color.
Sea como fuere, la huella del minimalismo ha sido poderosa y persistente en esta serie. No sólo en el empleo recurrente de formas elementales (simples, básicas y primitivas), muy claro desde el principio del proyecto, sino en otros aspectos más sutiles como son el gusto por la repetición, y la neutralización anecdótica. Por eso podemos decir que se ha desplazado el acento desde las teorías a los procesos, esto tiene que ver con el uso de los materiales y las posibilidades del lenguaje estrictamente pictórico (conforme a su verdadera naturaleza, la pintura es sólo
"pigmento específico" sobre una "superficie específica").
La intención principal es que estos criterios de semántica y economía de la forma puedan ser aplicados en la producción personal dentro del arte actual a favor de entender la obra no solo como un sistema cerrado de relaciones internas sino como un elemento en el sistema exterior: obra-medio ambiente-espectador.
En esta obra se da una humanización de los conceptos del minimalismo clásico. Esta humanización del minimalismo se ha operado con los instrumentos técnicos y con las estrategias del primitivismo, que permiten una regresión a la naturaleza y a lo elemental. Pero la atención a lo primitivo no es meramente c asual: se presenta como el resultado de la reflexión teórica y el trabajo con los materiales.
En la vieja discusión del arte contemporáneo por la vigencia de los lenguajes convencionales (en este caso la pintura), hemos mostrado nuestra preferencia por los trabajos que tienen sentido por la renovación de los lenguajes, sean éstos convencionales o no. Por eso se aboga por las formas sencillas, sobrias y discretas.

Manuel Velázquez
Enero de 2009

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