viernes, 28 de diciembre de 2012

Café. Gerardo Vargas


Café
Gerardo Vargas

En el marco de  la realización de una serie de calendarios para el próximo año 2013, Gerardo Vargas realiza "Café", una propuesta compuesta por diversas serigrafías sobre papel que posibilita un interesante compendio de imágenes.
El título del calendario hace referencia al nexo común de este conjunto de obras. Este calendario profundiza en las aportaciones visuales que Vargas ya ha llevado a cabo en los últimos años en torno a las posibilidades de la gráfica, en específico la serigrafía.
En estas imágenes son los relatos, las historias, las tradiciones culturales, las crónicas alrededor del café lo que cuenta. Vargas, a través de un análisis complementario ligado a la técnica de la serigrafía, pone de relieve una ambición artística autónoma. Así, y más allá de categorizaciones estrictas, la obra de Vargas posee una estética propia que destaca por su diversidad de escenarios, sus referencias al imaginario popular y su libertad, tanto de ejecución como de sus posibles interpretaciones.
Sus inicios en la gráfica nacen del intento de búsqueda de un lenguaje personal, realiza sus series de impresiones integrando figura y fondo mostrando un gran interés por el color. A este artista su labor creativa lo ha llevado con frecuencia a las raíces y a los sueños, encontrando en ellos un fructífero abrevadero de ideas plásticas. Asimismo las tradiciones han sido en su obra, punto de partida para la exploración, las cuales han enriquecido su vocabulario formal. Influencias formativas que con el transcurrir del tiempo, han dado paso a expresiones cada vez más personales.
 Vargas ha propuesto una serie de imágenes a veces estridentes y laberínticas. El fuerte colorido y la sensibilidad de algunas de sus creaciones, así como la reiteración de elementos iconográficos, establecen la posibilidad de un destino compartido con la tradición del cartel cultural en Xalapa. Las obras de este artista, aún con su frecuente serialidad, nos van dando lecturas y soluciones diversas, motivos diferentes que requieren, diferentes métodos de interpretación.
Si se contemplan las serigrafías de Vargas, en una primera ojeada puede parecer que se trata de obras formadas por un entramado de imágenes y trazos de color que de manera compulsiva inundan la superficie de papel siguiendo la estela de las ilustraciones, pero si el espectador se interesa por contemplar esas obras más detenidamente, se dará cuenta de que poseen una estructura, que están armadas, que sus colores han sido aplicados en forma que se superponen, que existen entre ellos sutiles relaciones cromáticas y que el conjunto de todos estos detalles permite dotar a cada pieza de una potente coherencia que va más allá de la aplicación de las leyes de la composición y del empleo de las recetas que se aprenden con la práctica del oficio.

Manuel Velázquez
Diciembre de 2012

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